Su intención no era mala, pero la forma que le han dado a la iniciativa ha resultado ridícula y criticada desde todos los estamentos. La delegación estudiantil de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Vigo ha saltado a la palestra por su campaña Bolígrafo Violeta, una iniciativa con la que pretendían distribuir tampones y compresas en su local a las personas que lo necesitasen empleando esa especie de código secreto.
Han repartido carteles anunciando que "si necesitas un producto de higiene femenina podrás pedir un bolígrafo violeta en la Delegación del Alumnado" porque en la cabeza de alguien la idea debió de sonar maravillosa; pero en la práctica es del todo reprobable. Así, en pleno siglo XXI, volvían a convertir algo tan cotidiano y natural como tener la regla en un tema tabú para el que se necesitan emplear consignas pactadas con el objetivo de que nadie se entere.
Como era de esperar en tiempos de feminismo, normalización de los cuerpos, poderío y redes sociales, la brillante idea del bolígrafo violeta hizo aguas. Entidades feministas como Mujeres por la Abolición o la propia Unidad de Igualdad de la Universidad de Vigo han criticado la iniciativa por promover una campaña de "desnaturalización de la menstruación, volviendo a convertirla en algo oscuro, sucio y a esconder" y así lo han denunciado en Twitter:
Desde el propio órgano de Igualdad universitario también han reiterado que no apoyan la campaña en absoluto, que lamentan la iniciativa y que apuestan por el "activismo menstrual":
Tras la repercusión que ha tenido la campaña fallida, sus promotores han compartido un comunicado en sus redes sociales explicando que "la campaña no es responsabilidad de la Universidad, ya que está hecha y sufragada" por ellos, lamentando que solo querían "transmitir que tenemos productos de higiene femenina, cosa que hasta ahora no había en ningún lugar en el Campus donde comprarlos" y señalando que lo bautizaron así porque "había personas que tenían vergüenza para pedir compresas y tampones".