Si todavía eras de este tipo de persona que se resistía a comprar por internet, seguramente el confinamiento haya contribuido a cambiar este hábito. La figura del repartidor de Amazon timbrando en los portales, domingos incluidos, se ha convertido en una estampa muy habitual. Los hay que suben hasta tu puerta y también los que prefieren pedirte el DNI por el telefonillo para que se entere toda tu calle y dejarte el paquete en el ascensor.
Lo que seguramente no os haya ocurrido es que uno de ellos os haya pedido usar vuestro aseo y esto es lo que le ha ocurrido a la narradora de la magnífica historia que se ha hecho viral este pasado fin de semana. Andrea Vam se dedica al copywriting y el storytelling, así que eso de hilvanar relatos le viene de oficio; pero en esta ocasión, además, ha dejado a muchos tuiteros preguntándose si lo que ha contado es real o se trata una situación inventada.
Y es que a Andrea le ha bastado un solo tuit para acaparar la atención de más 50.000 personas que ha reaccionado a su hilo:
Como decíamos, repartidores de Amazon hay muchos, pero que te pidan ir al aseo no hay tantos. Es normal que Andrea, como nos ocurriría a todos, dudase sobre qué responderle:
Pero, ¿qué haríamos si el tipo tarda más de normal?
Exacto, pedir refuerzos parece lo más sensato:
En este punto de la historia podríamos cometer el error de pensar que el surrealismo no iría a más con la llegada de un segundo repartidor:
Menos mal que la Policía llegó a tiempo:
Que el hombre estuviese pasando semejante bochorno por la llamada de la naturaleza nos genera hasta empatía con el muchacho, pero ese sentimiento no va a durar mucho tiempo:
"Un challenge o no sé qué"
Finalmente, la Policía ha podido explicarle a Andrea que había sido víctima de una práctica que empieza a ser más habitual de lo que pensamos para sumarse a un reto lanzado en las redes sociales. La última chorrada viral que se populariza entre los jóvenes:
¿Verdad o mentira? Andrea ha evitado contestar directamente a la pregunta, pero sí ha dejado claro que "solo sirve para una cosa: demostrar que a todos nos encantan las buenas historias". También ha reivindicado su trabajo dirigiéndose a las marcas para decirles que "dejen de ser tan coñazo y cuenten algo que merezca la pena ser compartido". Lo que no tenemos muy claro es si pretendía llamar la atención de Amazon, de la Policía, de los fabricantes de escobillas o de las empresas de juguetes sexuales.