En ocasiones olvidamos el enorme poder que tenemos a la hora de no contribuir a la difusión de contenido censurable a través de las redes sociales. Si ese bulo, esa fotografía dudosa o ese vídeo en el que se denigra y se acosa a una persona acaba su recorrido en nuestro teléfono móvil habremos logrado que muchos no tengan acceso a él. Ese comportamiento responsable es al que ha apelado la actriz Ana Milán en un hilo que se ha hecho viral en Twitter.
Todos recordamos la que fue la última víctima visible relacionada con la difusión de contenido íntimo en nuestro país. Se llamaba Verónica, tenía 32 años y era madre de dos niños. Se suicidó en mayo de 2019, en Madrid, después de que se difundiera un vídeo sexual suyo, grabado hacía unos cinco años, entre sus compañeros de trabajo. Ella trabajaba en Iveco, donde la práctica totalidad de sus 2.500 empleados lo habían visto.
El contenido llegó hasta su marido y ella había tenido que marcharse de la fábrica porque "no aguantaba la presión", solo deseaba "que la historia pasase, que la gente dejara de hablar cuanto antes, no tenía pensado denunciar", explicó entonces una compañera de trabajo. Parece evidente que si los primeros en recibir el vídeo de Verónica no lo hubiesen difundido, en vez de 2.500 visualizaciones habría tenido una decena y, probablemente, ella seguiría viva.
"O lo paras o lo pasas"
Conviene ser conscientes de que en este ámbito la vida de las personas está, literalmente, en nuestra mano. En un par de pulsaciones en nuestro teléfono, algo que tiene muy claro Ana Milán. Ella llamaba la atención de sus seguidores en Twitter avanzando que le había llegado "un vídeo horrible en el que grabaron sin permiso a una chica mientras mantenía relaciones sexuales", pero incidiendo en que eso no era lo peor del asunto:
Milán ha hecho hincapié en que "alguien no solo decidió engañarla y grabarla, sino también compartirlo y que lo vieran miles de personas", preguntándole a sus seguidores si alguna vez les había llegado un vídeo como ese y qué habían hecho. La actriz asegura que solamente hay dos formas de actuar: "o lo paras o lo pasas", y ha animado a las víctimas y al resto que reciban ese contenido a no callarse ante una situación así:
Milán ha difundido al final de su hilo el Canal Prioritario de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), un mecanismo para denunciar de forma sencilla y ágil este tipo de contenidos:
Ana Milán colabora así en la campaña Lo paras o lo pasas que ha puesto en marcha la AEPD para difundir el uso del Canal Prioritario al que se accede desde este enlace, una plataforma en la que se reciben denuncias de la difusión de contenido sexual o violento a través de Internet sin el consentimiento de las personas. En este caso, la iniciativa está dirigida a la gente que recibe este material aunque no lo hayan grabado ni sepan quién lo protagoniza.
Explican desde la Agencia que "al recibir ese vídeo o fotografía cada persona debe decidir qué hacer: si se convierte en cómplice o si va a actuar para parar la cadena". El objetivo pasa por transmitir que "todos poodemos denunciar" y que "no solo tiene una responsabilidad la persona que inicialmente decide difundir un contenido de carácter sexual o violento sin el permiso de la persona que aparece en las imágenes".
Durante el pasado 2020 la AEPD ha recibido 358 peticiones de retirada de contenidos sexuales o violentos a través del Canal Prioritario, medio centenar de ellas han sido tramitadas como urgentes. De estas, en 29 casos se ha pedido desde la Agencia la retirada urgente a proveedores de servicios, conseguido en unas 72 horas. Afirman desde el organismo que los casos más frecuentes son vídeos o fotografías de carácter sexual difundidas sin permiso a través de páginas pornográficas, así como la grabación de agresiones y humillaciones.