En ocasiones, el hiperlocalismo nos mata. Está muy bien eso de sentirse orgullo del barrio, incluso de tu calle, y mantener ese sentimiento de pertenencia a un ámbito geográfico muy concreto. Sin embargo, esto debería estar en consonancia con la altura de miras, la sensatez y la relativización; es decir, poner en práctica esa frase tan manida de que los árboles no impidan que veas el bosque, que también se puede traducir en que la anécdota no te prive de lo importante.
Esta máxima deberían de grabársela a fuego los vecinos de Salamanca que se han ofendido con un astronauta de la NASA por algo tan absurdo como decir que tenía ganas de tomar paella, en resumen. Para entender bien lo que sucedió tendremos que retroceder hasta el pasado 14 de mayo, cuando el bueno de Shane Kimbrough compartió en un tuit una fotografía que había sacado desde la nave espacial Crew Drago Endevor.
En la imagen se podría apreciar la ciudad salmantina desde el espacio, una cosa lo suficientemente molona como para presumir del terruño. Además, escribía Shane lo siguiente: "¡Hola, España" Volamos sobre Salamanca recientemente y el río Tormes se veía a simple vista". Hasta ahí el mensaje era un sueño hecho realidad para cualquier iniciativa turística, pero las palabras finales son las culpables de la controversia: "Ojalá tuviéramos un poco de paella aquí para disfrutar".
¡Bum! Shane se estaba disparando al pie sin saberlo. Desconocía que en España para hablar de paella tienes que tener el carné de valenciano, porque si no es arroz con cosas, y tampoco sabía que confundirse ubicando la gastronomía española en la región que no le corresponde es pecado mortal. Pero seguramente lo descubrió poco después de publicar su tuit porque las respuestas se llenaron de indignados mensajes de los salmantinos.
Le han dicho que, chico, Shane, aquí se come "chanfaina", que Valencia está a 500 kilómetros de ahí, que lo que se come en esta tierra es "un buen hornazo, coño" y también "patatas meneás". Por el camino le han llamado de todo para concluir que es un "claro ejemplo de que los astronautas son idiotas". Toma ya:
Menos mal que en Salamanca también hay gente sensata que ha salido a darle las gracias a Shane por esa promoción turística desde el espacio y se ha disculpado por los mensajes penosos de sus paisanos:
De hecho, la respuesta hater al astronauta ha provocado incluso coñas en Twitter al haberse hecho viral:
Qué distinta esta reacción a la de los murcianos que, poco después, veían retratado también por la cámara de Shane un trocito de su tierra:
En este caso la playa de los Narejos, en el municipio de Los Alcázares, y Santiago de la Ribera, la pedanía más poblada de San Javier.