Aunque uno de los hitos menos comentados del progreso es que podamos comer helados durante todo el año, lo cierto es que saben mejor cuando aprieta el calor y se mezcla el dulzor con el salitre que todavía tenemos guardado en la comisura de los labios desde el último chapuzón marino. Con el verano a la vuelta de la esquina, asomando ya en los termómetros de media España, podemos empezar a salivar ya pensando en ellos y eso es lo que ha pasado en Twitter.
En este caso no hablaban de los helados en general, sino de uno en particular: el Maxibom. Y no, no era para mentar el meme del perro diciendo "ninio no nos queda, solo masibon". El que nos ocupa hoy es uno de esos debates de altura que se producen de vez en cuando en la red social, como los que propicia la RAE sobre el artilugio de plástico que llevan las pizzas o esos que surgen de un tuit de forma casi espontánea, como este otro sobre la cinta adhesiva.
Ahora, la controversia no viene dada por tal o cual denominación, porque el Maxibom tiene nombre propio, sino por la forma de comérnoslo. Ya se sabe que este helado es una evolución del típico sandwich de nata. Un híbrido entre ese bocado dulce y los tradicionales polos de chocolate como el mítico ChocoClack, también de Nestlé, bendito sea. Así que, con sus dos caras y ningún asidero a la vista, la pregunta es inevitable:
Miles de reacciones confirmaron que la polémica, al menos en parte, estaba servida. Aunque hemos de decir que en la encuesta han ganado por goleada los que empiezan comiéndose el chocolate y han dado dos poderosas razones para sostener su teoría: la galleta no se derrite como el helado y te facilita el agarre, y además es lo que más les gusta, así que la dejan para el final.
Ojo, que ha habido unos pocos que han discrepado e incluso han ofrecido otras opciones:
Eso sí, no debemos olvidarnos de que el Maxibom es toda una bomba de azúcares y así lo advertía el Pepito Grillo del azúcar en Twitter:
Vamos, ninio, que lo más recomendable es que no sea nuestro helado de referencia.