La necesidad de encontrar empleo en los tiempos que corren agudiza el ingenio y las redes sociales se alimentan, precisamente, de esa mezcla de originalidad, inteligencia y simpatía. Por eso, siempre consiguen hacerse populares los currículums que son algo más que un folio recitando nuestra formación y experiencia. Así ocurrió, por ejemplo, con el vídeo del catalán que emocionaba a toda España buscando trabajo para su padre.
En esta ocasión el protagonista ha ido un poco más allá y se ha hecho lord para tratar de captar la atención de las empresas con una argumentación irrefutable. Se trata de Ricardo Sarabia y es un hombre de 61 que lleva ya cuatro largos años en el paro y que busca empleo en un mercado especialmente hostil con las personas de su edad a pesar de sus 20 años de experiencia como jefe de obra.
Tiene la carrera de Farmacia, pero nunca ejerció, así que título no le falta. Pero al no encontrar nada se conjuró a la polisemia y decidió que quizás el título que necesitaba era otro bastante más distinto. "Cuando ya pasas de cierta edad, lo de encontrar un trabajo se convierte un poco en misión imposible", empieza diciendo en un hilo que ha publicado en Twitter, una red social en la que aterrizaba el pasado mes de mayo:
"Yo trabajaría de lo que sea, pero es que no ha habido manera", ha reconocido. De ese "Ricardo, algo estarás haciendo mal" surgió la idea que lo ha traído hasta las páginas de La Jungla. " Me puse a pensar y, efectivamente, algo me faltaba. Al final, en este país somos muy de títulos, de muchos títulos, de cuantos más, mejor. Y, a ver, ya tenía la licenciatura, así que pensé que igual el que me faltaba era el nobiliario":
Así que, ni corto ni perezoso, empezó a hurdir el plan y surgió su maravillosa decisión: comprar un título en la remota isla del Principado de Sealand, una minúscula nación que está sobre una plataforma marina en el mar del Norte, a unos 10 kilómetros de Suffolk, en Reino Unido. Se gastó la friolera de 36,99 euros y ahora es lord. Pero podría haber sido también conde, barón o duque. "Ahora necesito que me ayudéis a darle un poquito de difusión, a ver si así la suerte me sonríe un poco más", solicitaba:
Así que solo le quedaba escribir la consigna que, habitualmente, todo lo puede:
Eso sí, nuestro lord no se ha dormido en los laureles esperando la magia, sino que está tuiteando duramente para ayudar un poco al conjuro:
Desde aquí le deseamos toda la suerte del mundo y la magia de Twitter, milord.