Aunque algunos se empeñen en defender lo contrario, ser mujer es un deporte de riesgo que multiplica sus peligros en la calle. No importa qué ropa lleve, qué hora sea y en qué lugar se encuentre una chica porque en cualquier momento puede encontrarse con una situación que le incomode e, incluso, le dé miedo. Todavía nos queda, como ha venido a demostrar la involuntaria protagonista de nuestra historia, un largo camino por recorrer.
La tuitera Laetificat (@An_Laetificat) ha narrado en la red social su terrible experiencia en el parque de la Alamedilla en Salamanca, un relato que se parece mucho al de miles de mujeres que sufren el machismo a diario. Explicó que sucedió cuando estaba sentada en un banco, junto a una zona en la que están instaladas unas máquinas de hacer ejercicio, el típico gimnasio al aire libre que se encuentra en las ciudades.
Ella estaba haciendo varias llamadas por teléfono, sentada en ese banco, cuando un hombre se le acercó. "Llevaba vaqueros, sandalias marrones y una camiseta o polo como con rayas grieses y azules", recuerda la tuitera, añadiendo además que "tendría como cincuenta y muchos o sesenta y pocos" y pidiendo a sus seguidoras que tuviesen "cuidado, por favor".
"Os molesta todo"
La chica ha relatado cómo este individuo se sentó en su mismo banco y se deslizó hasta casi rozarse con su cuerpo, obligándola a cambiarse de banco:
No contento con eso, la siguió al siguiente banco, y al siguiente también hasta que ella se hartó y plantó cara:
Esa actitud de "no se os puede ni mirar ni hablar ni nada, os molesta todo", como queriendo tildar de exagerada a la mujer, es demasiado habitual en los machistas cuando se les dice que son machistas, pero ponerle el broche insultando a su víctima, llamándola "feminazi de mierda", es el culmen del surrealismo.
La historia de la tuitera no ha tardado en hacerse viral y ella ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad, pero también de impotencia: "Ni usar el mobiliario urbano puedo. Ni hacer llamadas por teléfono. Ni hostias", ha denunciado, añadiendo que el motivo es que "un señor con edad para ser mi padre ha decidido que él quería hablar conmigo y tocarme":
Además, ha querido aclarar varias dudas y cuestionamientos que le han planteado después de contar su historia:
Para finalizar, también ha querido dar las gracias por los apoyos que ha recibido:
A ver si alguien le explica al susodicho que no se puede ir por la vida acosando a la gente.