La hemeroteca puede llegar a escocer hasta límites insospechados y por eso nuestros políticos la temen y la usan, a su vez, como arma arrojadiza contra sus contrarios. La última víctima conocida del donde dije digo tendré que decir Diego ha sido el ministro de Consumo, Alberto Garzón, del que han reflotado un tuit de septiembre de 2013, cuando ya llevaba dos años siendo miembro del Congreso de los Diputados por Izquierda Unida.
En aquel momento, Garzón tenía 28 años y, suponemos, poca imaginación para verse sentado en el Consejo de Ministros en el futuro próximo. Por eso, decidió usar Twitter para arremeter contra la OTAN. Se vivía un contexto bélico excepcional en Siria después de un ataque con armas químicas a las afueras de Damasco el 21 de agosto de aquel 2013, un incidente tras el que la intervención militar extranjera, con Estados Unidos a la cabeza, fue inminente.
El plan que Washington planteó en aquel momento pasaba por acabar con todas las capacidades de producción de armas químicas sirias en los meses siguientes. En mitad de aquel ambiente de intervención internacional en Siria, Garzón estaba paseando por el puerto de Málaga cuando observó un buque de guerra y se lanzó a la piscina con este torpe mensaje:
El tuit del ahora ministro ya había suscitado cientos de reacciones en aquel momento y también después, cuando se puso al frente del Ministerio. Sin embargo, ahora la relevancia de su calificativo de "terrorista" dedicado a la OTAN parece, si cabe, todavía mayor después de haberse confirmado esta misma semana en Bruselas que España acogerá la Cumbre de la OTAN en 2022, con lo que Garzón probablemente tendrá que tomar parte de algún acto con los terroristas.
Asimismo, el tuit del ministro demuestra que no es ningún experto en barcos y es que esa fragata maligna a la que se refería es la Blas de Lezo, la F-103 de la clase Álvaro de Bazán, al servicio de la Armada española y construida en el astillero de Navantia en Ferrol. Aquel 2 de septiembre de 2013, el buque estaba atracado haciendo escala en el puerto de Málaga después de haber estado al mando de la agrupación permanente de la OTAN con epicentro en Turquía.
Volvía a su base en el Arsenal ferrolano, de hecho, después de haber estado en Estambul para apoyar las acciones comerciales de Navantia en el país, pero también tras haber formado parte de dos operativos contra la piratería, en aguas del Índico y el Mediterráneo. Por lo tanto, ni la fragata es propiedad de la OTAN ni tampoco se dirigía a Siria, con lo que Garzón no acertó ni una con su tuit y ahora se le han venido todas encima:
Eso sí, desde aquí nuestro agradecimiento a Garzón, como solemos hacer en estos casos, por no haber eliminado el tuit como sí hacen otros muchos políticos para no dejar rastro de lo que un día pensaron y escribieron aunque, como le pasó al ministro, se hubiesen equivocado.