Al bueno de Ismael Serrano le han vuelto a hacer un traje en Twitter gratuitamente. Sin comerlo ni beberlo, el cantautor ha vuelto a ser la diana a la que los haters han apuntado con sus dardos en forma de tuit. Podríamos decir que el motivo principal es la falta de comprensión lectora y el exceso de mala leche, aunque si vamos al detalle el desencadenante ha sido un titular donde se le atribuía, a él y a David Otero, la petición de "incorporar las artes al sistema sanitario".
Si uno pincha en la noticia de EFE encuentra un poco más de información, obviamente, y la cosa cambia. Porque resulta que Ismael Serrano no se ha sacado ninguna causa de la chistera, sino que se ha sumado a la campaña de recogida de firmas que lanza la fundación Músicos por la Salud para que el Gobierno siga las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aplique políticas que incorporen las artes a la sanidad.
Se trata de una petición que se basa en el informe Arts & Health, publicado en 2019 por la OMS, donde se pone en evidencia que las artes juegan un papel fundamental en la recuperación, el estado de ánimo de los pacientes, la mejora de la salud y el bienestar. Por eso, el texto recomienda a las instituciones gubernamentales que apliquen políticas para introducirlas en el sistema sanitario.
Vamos, que a fin de cuentas es la OMS y no Ismael Serrano quien insta a los gobiernos a hacer tal cosa; pero, claro, he aquí el titular de la discordia:
Y decimos discordia porque nos tememos que nadie ha leído más allá del titular antes de cargar tintas contra Ismael Serrano. Lo cierto es que él suele hacer gala en Twitter de un sentido del humor envidiable, riéndose de sí mismo e incluso haciendo chistes sacando a colación el mito del cantautor peñazo, pero esta vez las mofas han ido más allá, traspasando muchas veces la delgada línea que separa el humor negro del mal gusto:
De hecho, Serrano incluso ha contestado a algunos de ellos:
No obstante, también ha tenido a tuiteros de su parte destacando aspectos de la iniciativa tan importantes como estos:
Pero el odio no cesaba e Ismael Serrano se ponía serio tratando de explicar que la propuesta no es suya, que hay gente de todo tipo, que ha colaborado gratuitamente varias veces con ellos y que lo único que se pretende es hacer la estancia hospitalaria más amena a todo el mundo:
Y como la venganza se sirve fría, al día siguiente, después de que trascendiese la noticia de que Toni Cantó ocupará la recién creada Oficina del Español de la Comunidad de Madrid, Ismael Serrano se desquitaba así:
Qué a gusto se queda uno teniendo la última palabra.