El sincero relato sobre la depresión que ha hecho un profesor ceutí en Twitter
En La Jungla. Este profesor ha hablado con sinceridad de la depresión que padeció, una enfermedad todavía muy invisibilizada que es altamente incapacitante.
31 julio, 2021 00:21Noticias relacionadas
Teniendo en cuenta que más de dos millones de españoles consumen ansiolíticos a diario, que unas 10 personas se suicidan al día en nuestro país y que 200 lo intentan sin éxito, que más de la mitad de la población de España confiesa sentirse "cansado o con pocas energías" desde que comenzó la pandemia y que, según el Ministerio de Sanidad, una de cada diez personas ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental, quizás no tengamos que ir a la historia de Simone Biles para darnos cuenta de que es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad.
Sin embargo, lejos de estar en el centro de la agenda sanitaria, el acceso a psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública española es todavía un asunto pendiente. De un tiempo a esta parte el Congreso de los Diputados ha sido testigo de declaraciones como la de Íñigo Errejón, al que le dijeron que fuese al médico mientras hablaba de salud mental en la tribuna, procurando así romper el tabú al que están condenadas este tipo de dolencias que han estigmatizado históricamente a quienes las padecen.
Que Biles hubiese renunciado a la competición alegando problemas de salud mental ha servido para que el foco mediático internacional se posase, al menos por unos días, en este tipo de enfermedades y por eso, a pesar del ruido de siempre en las redes sociales donde algunos se empeñan en banalizar algo tan importante, han surgido testimonios llenos de verdad que nos han conmovido, como el del profesor y divulgador ceutí de cine, Rafael Morata.
El hilo sobre su depresión
Morata ha querido compartir con sus seguidores de Twitter su propia experiencia lidiando con una depresión que le diagnosticaron hace unos cuatro años, cuando era Jefe de Estudios en el colegio donde trabajaba. Su relato comienza con un hombre en declive sin ser consciente de ello al que su médico tuvo que obligar a cogerse una baja:
A primeros de octubre, hará cuatro años que caí en un cuadro severo de depresión y ansiedad. Me resistía a echar el freno respecto al cargo de Jefe de Estudios envenenado ofrecido por el nuevo Equipo que había aceptado en mi cole, donde fui feliz desde que recalé en él, en 1999.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Los compañeros y compañeras notaban mi caída en picado día a día. Las visitas al despacho, preocupándose por mí, eran continuas. Me pedían las cosas con sumo tiento, conscientes de que no era yo y de que me podía romper en cualquier momento.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
A principios de octubre, tras una reunión del Consejo Escolar de la que creí que me iba a desmayar, decidí ir al médico de cabecera. Pasaba las noches en blanco. Tenía la cara desencajada: quería una ayuda, algo para dormir. Mi médico me dijo que tenía que darme de baja.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Con su diagnóstico, "a regañadientes", se cogió la baja, inició un proceso de aceptación y tuvo que soportar la incomprensión en la reacción de algunas personas, como la directora del colegio:
En aquella consulta, no hacía más que resistirme. "Rafael, de aquí no sales sin una baja. ¿Te has visto la cara? Te puede dar algo en cualquier momento. No sales de consulta". A regañadientes y sin ser consciente de lo que me estaba pasando, acepté.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
En mis veinte años como docente, jamás tuve un contratiempo. Cuando acababa el ciclo, los padres siempre preguntaban si "don Rafael" iba a coger la clase que subía de Infantil. Ahora, no podía hacerme ni con el aula en las horas de clase que tenía como Jefe de Estudios.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Nunca agradeceré lo suficiente la determinación de mi médico de cabecera, pero no olvidaré las palabras de la directora cuando le comuniqué por teléfono, con dolor y sin fuerzas, que me habían dado la baja y que dimitía: "Qué decepción", coló entre silencios y palabras huecas.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Sin embargo, lejos de venirse abajo, Rafael se puso en manos de profesionales —algunos de ellos le hicieron más mal que bien, pero no desistió— y él mismo se pautó otra parte de la terapia haciendo cosas que le gustaban:
Desde entonces han pasado cuatro años y aún me medico. He tenido cuatro psiquiatras, el primero de ellos nocivo; el segundo logró estabilizarme; con el tercero, casi caigo al precipicio el año pasado, y con el actual estoy en fase inconclusa de retirada de medicación.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
¿Qué sentí en los primeros meses? Me da mucho miedo recordarlo: una nada, un vacío, una pared negra, querer estar solo y arrumbado, tener miedo a hacerme daño o hacerlo, no poder dormir, no poder estar de ningún modo, sentir que se me iba la vida o que me estallaba el pecho.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Todo era oscuro y no tenía sentido. Me aterrorizaba que alguien me parase por la calle, que me hablasen. Hasta que el tratamiento no empezó a hacer efecto muy lentamente, a partir de los dos meses, mi recuerdo es el de un auténtico guiñapo.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Ayudado por mi médico de cabecera, cambié de psiquiatra a los cuatro meses, en Algeciras. Cuando comencé a ir viendo algo de luz, fui poniéndome metas: leer cada día varias historias del integral de "13, Rue del Percebe"; ver cada día un capítulo de "El Pícaro", de Fernán Gómez.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Fui haciendo ciclos personales de Kaurismäki, Kieslowski, Berlanga, Fassbinder siempre. Poco a poco, en un proceso interminable, fui recuperando el día a día. Me impuse desayunar fuera de casa: permanecía hora y media en la cafetería Términus y leyendo.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Allí retomé también Twitter, pero de un modo constante y siendo fiel a mí mismo, sin la impostura anterior de pasar por izquierder progarzón por miedo al rechazo y señalamiento a mis auténticas convicciones socialdemócratas, aunque también andaba enfadado por lo errático del PSOE
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
El tratamiento fuerte del psiquiatra, los tebeos, el cine, los diarios digitales, los libros, los desayunos en mi cafetería habitual y Twitter fueron cruciales para ir recuperándome. Con subidas y bajadas, estables en el último año gracias a mi actual psiquiatra, veo ya el fin
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Por eso, con su experiencia, Morata ha querido advertir sobre algunas señales que cualquiera puede notar y podrían ser la punta del iceberg de algo más profundo que debe ser tratado con la ayuda de profesionales:
En cuanto notéis un vacío incómodo, un sentimiento de pena, ausencia e incomodidad constante; tener problemas para dormir; imposibilidad de centraros; desear estar arrumbados; llorar amargamente y sin motivo real... no dejéis de ponerle solución y acudir al especialista.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Una depresión, con o sin cuadro de ansiedad, no se la deseo ni a mi peor enemigo. Y no, no os invisibilicéis: aceptad que tenéis un problema de salud mental porque es evidente que está ahí y es parte de una solución a largo plazo. Y si os va mal un psiquiatra, probad con otro.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Es fundamental no dar un paso atrás o pisar una mina durante el proceso. Cuidarose intentad ser conscientes de que sois lo mejor que tenéis y hay que mirar por ello. Gracias por llegar hasta aquí.
— Rafa Morata (@rafa_morata) July 29, 2021
Poco a poco, gracias también a testimonios como este, acudir al médico por problemas de salud mental es menos tabú y, de hecho, desde que empezó la pandemia se han incrementado las visitas por trastornos depresivos o de ansiedad.