El Ayuntamiento de Madrid lanzaba hace un par de semanas una campaña en medios de comunicación, redes sociales e incluso en el Metro en la que piden que se se presuma de ciudad. Se trata de anuncios en los que se detalla que Madrid es la segunda ciudad del mundo más sostenible y junto a esa afirmación se puede ver un dos gigante de color verde y un dibujo de un padre y una hija montando en bicicleta:
La iniciativa, en la que el Ayuntamiento ha invertido 100.000 euros, estará activa durante un mes. No obstante, han sido muchos los que han puesto en duda que Madrid ocupe el segundo puesto en este ránking teniendo en cuenta que un estudio publicado en The Lancet Planetary Health el pasado mes de enero afirmaba que es la ciudad europea con mayor tasa de mortalidad por exceso de contaminación provocada por dióxido de nitrógeno, un gas asociación al tráfico rodado.
Uno de los que ha puesto en tela de juicio la campaña del Ayuntamiento ha sido el líder de Más País, Íñigo Errejón, que ha querido mofarse en sus redes sociales de que "Almeida ha forrado Madrid de Carteles que aseguran que es la segunda ciudad más sostenible del mundo" para afirmar, irónico, que "la primera es Narnia", la ciudad fantástica de la saga literaria creada por C.S. Lewis:
Si bien el tuit de Errejón ha recibido aplausos, lo cierto es que han sido muchas las réplicas contundentes que han querido dejar en evidencia su afirmación mostrándole el resultado del estudio que han llevado a cabo en el portal británico Uswitch Limited. Se trata de un ránking fruto de la comparación de "proveedores de energía, enlaces de transporte y niveles de contaminación".
En su publicación, Uswitch explica que la capital española ha conseguido ese puesto como la segunda más sostenible con "una alta puntuación en energía (77,3%) y transporte (82%)" y ha servido para que los tuiteros se despachasen a gusto con Errejón a base de zascas tan aplaudidos como los siguientes:
Sin embargo, no está de más recordar que Uswitch Limited no es más que un portal de Internet en el que se comparan precios de productos y proveedores, permitiendo a los consumidores británicos decantarse por el servicio de energía, finanzas, seguros y comunicaciones que más se ajuste a su situación. No parece, por lo tanto, ningún organismo ni publicación de peso como para tener en consideración su clasificación.
Explican en su web la metodología empleada para determinar qué ciudades eran las más sostenibles y afirman que se han basado en factores como el acceso a la propiedad, los niveles de tráfico (teniendo en cuenta el tiempo de viaje, la emisión de CO2 y las ineficiencias del sistema), los niveles de contaminación (del aire y el agua, principalmente) o el uso de energías renovables, entre otros, sin ofrecer datos concluyentes de cada uno de ellos.