El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aterrizado este martes a mediodía en Riga, capital de Letonia, para visitar a las tropas españolas de la OTAN que están desplegadas en la base de Adazi, fronteriza con Rusia. Lejos de ser un viaje protocolario, en el marco de las críticas de su socio en el Gobierno por el inexistente apoyo armamentístico a Ucrania, la decisión de Sánchez se entiende como una reafirmación en su compromiso con la OTAN.
Sin embargo, esta visita no ha coincidido con un martes cualquiera: es el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Por ello, en una comparecencia que ha tenido lugar junto a sus homólogos en Canadá (Justin Trudeau) y Letonia (Arturs Krisjanis Karins), y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Sánchez también ha tenido palabras para las mujeres: "Hoy, 8 de marzo, debería haber sido un día para que las niñas y mujeres celebrasen, pero por desgracia la brutal agresión de Putin las está obligando a huir de su país".
Lo llamativo -y que ha indignado a las redes- es que en el video de la retransmisión puede verse cómo Sánchez pronuncia su discurso con una mujer sin atril y a espaldas de los cuatro hombres. Se trata de Anita Anand, ministra de Defensa de Canadá, quien ya visitó Kiev a finales de enero para hacer lo que todos ellos hacen ahora: reforzar el compromiso y unidad transatlánticas de su país.
Por tanto, Anand es una política de tal relevancia demostrada que esta imagen puede ser entendida como ejemplo de aquello que decía el sociólogo Pierre Bourdieu sobre la violencia simbólica: una forma de relegarla a un segundo plano más allá de sus méritos y de formas disimuladas.
Por otra parte, la importancia de la base de Adazi radica en que está situada a tan solo 120 kilómetros de la frontera con Rusia y se considera que sirve como instrumento disuasorio de los posibles planes expansivos de Vladimir Putin. Allí, España ha enviado 500 soldados del Ejército de Tierra en total, 150 de ellos en los últimos días.
No es la primera vez
Que una mujer de la relevancia de Anand quede relegada a estar en segundo término con respecto a dirigentes hombres, más si cabe en un día donde las reivindicaciones de Sánchez y del Gobierno han sido profusas, ha provocado el rechazo de mucha gente que no ha pasado por alto el detalle. Para algunos, este gesto demuestra que para muchos políticos el feminismo es entendido como un instrumento al que adherirse sin llevarlo a la práctica con el único objetivo de sacarle rédito electoral. O, como en aquella obra de Shakespeare, mucho ruido y pocas nueces.
Esta imagen ha recordado a la de Albert Rivera quien, en un discurso que recordaba la figura pionera de Clara Campamor el 8 de marzo de 2019, fue muy criticado por hablar mientras cuatro mujeres lo escuchaban a su espalda. Quizá algún día los políticos entiendan que celebrar el 8M es situarse a la espalda de las mujeres para escuchar lo que ellas tienen que decir.