Con su épico tortazo a Chris Rock, Will Smith parece haber contagiado una fiebre por recurrir a la fuerza física para resolver los problemas que no se sabe hasta dónde va a llegar. Lo vimos hace poco, cuando un guardia de seguridad se hacía viral por su brutal placaje a una espontánea que interrumpió en sujetador un partido de rugby australiano. Ahora lo hemos vuelto a comprobar: el director del gabinete de la Presidencia de la Comunidad de Madrid Miguel Ángel Rodríguez se ha visto tentado de emular a aquel guardia de seguridad australiano y ha apartado de un empujón a una periodista que preguntaba a Ayuso.
El empujón de la discordia ha tenido lugar en el parlamento autonómico de Castilla y León, durante la toma de posesión de la presidencia de la comunidad por parte de Alfonso Mañueco. Aunque el incidente no ha sido tan grave -Ropero no ha sufrido ningún daño físico-, se inscribe desde ya en la lamentable historia de empujones para el recuerdo, junto a muchos otros: desde el de Jesús Gil al presidente del Santiago de Compostela al de Cristiano Ronaldo contra el árbitro durante un clásico perdido ante el Barcelona.
Es cierto que la Comunidad de Madrid vive momentos tensos. Al asunto de la presidenta Isabel Díaz Ayuso y su hermano por las mascarillas se sumó, hace poco, el caso Mascarillas de las comisiones en el Ayuntamiento presidido por Almeida. Pero la realidad es que la actitud mostrada por el subordinado de Ayuso con respecto a la periodista de El Intermedio Andrea Ropero no contribuye a aplacar los ánimos. La enfervorecida reacción de Twitter así lo demuestra.
Ya en el colegio, cuando el profesor te pillaba sin los deberes hechos, uno se inventaba cualquier tipo de excusa, hasta las más descabelladas, con el propósito de mantener su inocencia. Algo parecido ha debido pasarle a Miguel Ángel Rodríguez, que después de que Ropero le recriminase "que no la empuje" ha reaccionando negando la mayor. Su 'yo' de la infancia estaría orgulloso.
Sin embargo, Twitter no se ha creído demasiado su versión, igual que rara vez el profesor se creía que la hoja con las sumas y restas se la había comido el perro del vecino. "El comportamiento de este hombre es inaceptable", ha dicho un usuario expresando el sentir general: que la violencia física es injustificable.