A estas alturas de la película solo los ingenuos creen que Twitter sigue considerándose únicamente un lugar para intercambiar chistes y tejer redes entre desconocidos, como empezó siéndolo hasta que alguien se percató de su utilidad para colocar todo tipo de mensajes y sostener relatos. Políticos, empresarios y periodistas afinan sus tuits a sabiendas del poder que tienen esos pocos caracteres lanzados con precisión para provocar una reacción en cadena, como la que ha colocado a la periodista Ana Pastor en la diana de las críticas de un sector de la izquierda.
¿El motivo? Haber dado su respaldo al artículo que Lucía Méndez publicó estos días en El Mundo, titulado Examen de conciencia, en el que ha desgranado su relación con el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. La periodista explican cómo lo respaldó en sus comienzos ante ciertas acusaciones, recordando que "apoyé su brillante y necesario discurso contra las inmoralidades del sistema capitalista, discutí con personas de mi ecosistema, rechacé las acusaciones de machismo contra él, deploré el acoso personal contra su familia".
Añadió además Méndez que también se plantó ante "mentiras sobre la financiación venezonala de Podemos" y, por todo eso, "me gané los insultos de colegas ultras y con pocos escrúpulos". Sin embargo, ahora la periodista ha entonado el mea culpa analizando el nuevo rol de comunicador de Iglesias: "No es un periodista crítico como nosotros. Él dispone de un ejército de fieles que llevan un escapulario al cuello con la foto de su predicador", ha escrito en una de las acusaciones a los seguidores del exvicepresidente.
"Siempre con Lucía Méndez"
Para finalizar, Méndez se ha atrevido a abordar qué les ocurre a los periodistas que se atreven a ser críticos con él ―como ya se demostró en las diversas listas negras que se han venido haciendo públicas desde Podemos―: "Nos exponemos a la ira de sus devotos en las redes, y a que él mismo nos arree una lección de periodismo. Por eso, muchos periodistas se autocensuran y no hablan de Pablo Iglesias. No quieren que les pongan a parir. Yo misma me he autocensurado. Hasta hoy", remata el texto.
El artículo, como era de esperar, ha sentado como un tiro a esos "devotos" a los que señalaba Méndez, pero también ha servido para que muchos periodistas se viesen reflejados en esa confesión de autocensura que hacía la autora en su particular examen de conciencia con propósito de enmienda. Una de ellas parece que ha sido Ana Pastor, el frente de El Objetivo de La Sexta y Newtral, que únicamente ha compartido el enlace al texto diciendo que ella está "siempre con Lucía Méndez":
No le ha hecho falta más a Pastor para que sus tres palabras invocasen a Iglesias y se cumpliese así la profecía que Lucía Méndez tan bien describió en su artículo. El fundador de Podemos, ahora reconvertido en comunicador y tertuliano, ha asomado su cabeza clamando contra ella con una cita de El Quijote con la que, parece, ha querido deslizar que la periodista no tiene más criterio propio que aquel que no molesta a su "amo":
Que se cumpliera la segunda parte de la profecía, tras el mensaje de Iglesias, era cuestión de tiempo. Entre el sinfín de críticas que sus seguidores le han dedicado a la periodista siguiendo la estela marcada, una de ellas ha cobrado un protagonismo mayor que el resto, consiguiendo arrastrar a buena parte de la masa indignada con Pastor y ha sido esta pregunta la que, al parecer, ha abierto la veda:
Tras deslizar esa acusación, cualquiera de los tuits de Pastor empezaron a ser respondidos con esa misma cuestión, una reacción que se multiplicó después de que la cuenta de Guillermo Toledo ―un perfil que no está verificado y, por lo tanto, no podemos confirmar que sea el actor Willy Toledo el que escribe sus mensajes― se uniese a la causa:
Así, en un abrir y cerrar de ojos, Ana Pastor se había convertido en una periodista que había comprado seguidores en la red social porque, según el juicio de algunos, las interacciones que tiene en sus tuits no son suficientes:
Ella, ante el aluvión de críticas, ha preferido tomárselo con humor ―al menos de cara a la galería― y no emponzoñarse contestando a los críticos:
Sin embargo, el hate no se iba a quedar únicamente en esa jornada de sábado, sino que gracias a la captura de pantalla de un supuesto análisis del perfil de Pastor se ha multiplicado también este domingo:
Según el tuitero, Pastor tendría un 43,5% de seguidores falsos en la red social, una cifra que no se corresponde con otros análisis que hemos realizado empleando también herramientas para ese fin. En uno de ellos, aseguran que el 78% de sus seguidores son reales y está dentro de los estándares de una cuenta fiable:
Y en otra estipulan que son 11,65% los usuarios falsos que seguirían a Pastor:
Sea como fuere, esta no es la primera vez que sale a la luz esa supuesta compra de seguidores por parte de Ana Pastor. Curiosamente, el pasado mes de enero, Estado de Alarma publicó un artículo en el que destacaban que tenía "cerca de un millón de seguidores falsos" y aportaban un porcentaje similar al del tuitero: 45,6% del total.