Al principio, el Hospital Zendal parecía que iba a ser la tumba de Isabel Díaz-Ayuso. Después, resultó que se convirtió en su salvación. Cuando la pandemia golpeaba con más fuerza a la sociedad española muchos lo llamaron el "hospital chino de Ayuso". La polémica en torno a él fue tan grande que, en EL ESPAÑOL, lo contamos desde dentro tras pasar un día en lo que entonces era un infierno. Hoy, la polémica sigue viva debido a los sanitarios que rechazan trabajar allí.
En su día, las críticas se centraron en que era un pelotazo urbanístico, que no había suficiente personal pero, por no haber, ni siquiera tenían una máquina de café, que si era innecesario, que estaba sucio y la comida, en mal estado, etc. En definitiva, que no estaba preparado para tratar a los pacientes y casi ni a los propios sanitarios.
En la actualidad, sus críticas vienen de parte de los médicos y enfermeros que están en la bolsa de interinidad y les toca trabajar allí. Si no aceptan la plaza, son sancionados con un año sin formar parte de la bolsa de trabajo. Pese a la sanción, es lo que han decidido hacer algunos sanitarios, como es el caso de Marta.
Esta sanitaria, que dice que ya estaba trabajando cuando la requirieron del Zendal -se supone que en la pública-, habla de que "han intentado coaccionarme" para que aceptase el puesto. La instaban a dejar su actual empleo, además. Pero, como se ha negado -no expone los motivos-, ahora estará un año penalizada sin empleo procedente de la bolsa.
Las redes, sin embargo, se han indignado con esta sanitaria por rechazar el puesto. Consideran que, sea más o menos injusto, estar en la bolsa de interinos tiene estas consecuencias y que hay que pasar estos malos tragos. Otros, sin embargo, la han apoyado. Al final, Twitter es eso, una jungla.