Tristemente esta no será la última vez que se haga viral la queja de algún hostelero al que le han dejado plantado a mesa puesta. Esta mala costumbre se está extendiendo como una mancha de aceite y supone una auténtica pesadilla para los establecimientos, que se plantean tomar medidas al respecto y algunos de ellos ya empiezan a cobrar por reserva para asegurarse, al menos, de no perder tanto dinero si finalmente los dejan tirados.
Uno de los casos más sonados que se denunciaron en las redes sociales sirvió para dar la bienvenida a este 2022: "Haya mala gente, pésima gente y luego está el bandido que ha reservado para 30 personas en la comida de Año Nuevo hoy en la Pecera del Círculo de Bellas Artes y no ha aparecido". Aquello lo escribió Valerio Rocco Lozano, director del Círculo, en su cuenta de Twitter, explicando que había contratado camareros extra y que cerró el establecimiento para prepararlo todo en vano.
En el caso que nos ocupa hoy no eran 30, pero sí 12 los comensables que iban a ocupar la mitad de la terraza del local de Lourdes, ubicado también en Madrid. Una mujer llamada Carlota había hecho la reserva para celebrar una "merienda cena" por su cumpleaños, pero no ha aparecido nadie: "Con gentuza como tú nos vamos a la mierda", le ha querido decir la hostelera a través de Twitter por si le llega el mensaje y para desquitarse el cabreo que, con toda lógica, tendría después del plantón.
Precisó después Lourdes que llamaron a Carlota y la mujer les cogió el teléfono: "Se ha hecho la sorprendida de que no hubiera llegado ninguno de los 12, ha dicho 'voy a ver, ahora te llamo' y hasta ahora. Ya no nos ha cogido más". Entre mensajes de solidaridad por la faena que les habían hecho, perdiendo dinero por una merienda para la que compran producto que nadie les pagará y evitando coger reservas a nuevos clientes para acotar las mesas, han sido muchos también los que le han aconsejado que empiece a cobrar para evitar que vuelva a suceder:
Aunque se ha mostrado reacia en las contestaciones a la mayoría, finalmente Lourdes ha reconocido que "me cuesta, porque no es normal que haya carlotas y porque me parece una cutrez con los clientes, pero me estáis empezando a convencer".