Rufián ha vuelto a salir escaldado después de su último chascarrillo sobre Felipe VI a cuenta del nuevo busto del monarca inaugurado en Madrid. Al igual que sucedió con su padre, una escultura del actual rey ya forma parte de los fondos de la Real Casa de Correos y ha sido la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, la encargada de inaugurarlo este pasado lunes junto al protagonista.
Ha sido el artista Víctor Ochoa el que ha dado forma al retrato fundido en bronce acerado que tiene un peso de unos cien kilos y fue encargado por el gobierno de Ayuso, que lo presentó como prólogo a la cena institucional del congreso Global Mobility Call que arrancaba ese mismo día en la ciudad. La presidenta puso en valor que la Real Casa de Correos es "la segunda casa de todos los españoles" y supone un eje del mundo unido, unos valores que representa Madrid desde que Felipe II convirtió esta "tierra de nadie" en la capital del Reino de España.
El busto de Felipe VI ha costado a las arcas públicas unos 110.000 euros con IVA y tiene unas dimensiones de 90X50X50 y dos metros de altura, incluyendo un basamiento y una placa conmemorativa con en la que se puede leer "Felipe VI. Rey de España. Comunidad de Madrid". El contrato por el que fue adjudicado salió de la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior a través de un procedimiento sin publicidad el pasado mes de abril, un extremo que ha acaparado no pocas críticas.
"Me quedo con el busto"
No obstante, el proceso de adjudicación de la obra no ha sido lo único que ha recibido comentarios negativos del asunto, puesto que el coste ha sido uno de los aspectos más llamativos. De hecho, ha sido el elegido para el esperado chascarrilo del portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, Gabriel Rufián, que ha llegado puntual comparando el busto con las funciones del propio rey y los costes de la Corona, y concluyendo que se queda con el primero porque "al final hacen lo mismo":
Casi en automático, segundos después de su publicación, Rufián ha empezado a recibir las primeras réplicas poco amables que son habituales cada vez que escribe casi cualquier cosa en Twitter. Sus críticos le han sacado de nuevo su propio salario como diputado y aquella promesa que se diluyó con el tiempo de que iba a dejar la cámara después de 18 meses:
Una buena retahíla en este nuevo capítulo de zascas a Rufián.