No sabemos si a la buena de Kitty la cabeza le sigue dando vueltas, pero parece más que claro que esta gata persa de dos años y ha gastado la primera de sus siete vidas al salir ilesa de una lavadora. La historia de esta felina se ha hecho viral en boca de su dueña, Estrella, que ha relatado a Cordópolis lo sucedido el pasado 18 de junio en su casa de Córdoba, donde se obró el milagro que empezó con un gran disgusto familiar, como es lógico. 

Según las declaraciones de Estrella al medio cordobés integrado en Eldiario.es, para acceder a la lavadora hay que cruzar un patio y la gata fue a pasear por la zona sin que nadie la viese: "No sé de qué manera pasó y se metió allí. Si estaba dentro y no la vi o si se me coló en un descuido", relataba la dueña, todavía nerviosa por lo ocurrido. Pero Kitty estaba allí, dentro del electrodoméstico, cuando su dueña lo puso a funcionar para hacer la colada ajena a su presencia.

Fue la hija de Estrella quien fue a recoger la ropa una hora después, cuando la lavadora había completado el programa de 46 minutos. Nada más abrir la puerta, la pobre gata salió escopetada hacia la casa. Kitty había salido airosa de un lavado y centrifugado que, por suerte, era para prendas delicadas y el agua no superó los 30 grados. Además, el centrifugado se ejecutó en frío y con mucha menos potencia, lo que le salvó la vida al animal.

Evoluciona favorablemente

El veterinario de Kitty, no obstante, no se explica cómo pudo sobrevivir. Cree que la lavadora podría haber detectado algo y bloquear parte del centrifugado, puesto que cuando la gata llegó a su consulta tenía las constantes vitales bien y únicamente un poco de insuficiencia respiratoria. Le recetó antibiótico y la mandó para casa, donde su familia se ha encargado de la observación junto a Copito, el otro gato de la familia.

Kitty y Copito en su casa antes del accidente. Cordópolis

Kitty llegó a su hogar hace un par de años porque era un deseo de las hijas de Estrella, pero poco después de su llegada adoptaron a Copito, otro persa del que es inseparable. Tres días después de la aventura, Cordópolis explica que la gata ya había empezado a comer y a recuperar el ronrroneo, paseando ya con tranquilidad por la casa y solamente con molestias todavía en los ojos, pero evoluciona bien.

Después del "milagro" que ha descrito el veterinario, que no conocía todavía a ningún gato que pudiese sobrevivir a la lavadora, solo resta desearle a Kitty que el resto de sus seis vidas sean largas y sin sobresaltos, porque seguramente a ella ya no se le olvidará lo que le espera si vuelve a cruzar de nuevo el patio hacia la lavadora.

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