A Rafa Nadal que ni el viento lo toque, que dirían en aquel mítico episodio de Verano Azul. El deportista más épico de la historia de España continúa fraguando su leyenda en los momentos más complicados de su carrera, conviviendo con una lesión crónica en su tobillo y logrando ganar torneos a pesar del dolor y el malestar. Su última hazaña la ha escrito este miércoles en Wimbledon, donde acabó ganado el partido de cuartos de final en la quinta manga tras haber estado a punto de abandonar por molestias en el abdomen.
En esos momentos de tensión que ha vivido Nadal en la pista se ha podido ver una escena muy poco común, cuyos protagonistas han sido su padre Sebastián y su hermana María Isabel, presentes en la grada del torneo británico. Yendo un set abajo, sufrió un dolor en el vientre e incluso pasó por el vestuario, un hecho que presagiaba una retirada que hasta su familia le ha pedido desde el público, haciendo gestos con visible preocupación para que abandonara el partido.
Su padre le animaba a retirarse para no seguir forzando su cuerpo, lo mismo que su hermana. Mientras el primero mostraba un visible enfado, suponemos que por la cabezonería de su hijo, la segunda estaba sufriendo por su hermano. Pero Nadal les hizo caso omiso y ganó el siguiente set. Volvió a la pista, cogió su raqueta y continuó ante la atenta mirada de un público que esperaba que el español pinchase en cualquier momento, pero no fue así.
"Ética del Ecce Homo"
Mientras su familia sufría en Wimbledon con él, en las redes sociales también sufrían sus seguidores, que no terminaban de creerse lo que había logrado Nadal en una jornada tan complicada. En este contexto, el periodista Pedro Vallín ha querido hacer un análisis de ese sacrificio que estaba haciendo el tenista, del que ha dicho que busca construir "un Calvario que sustituye el placer del juego por la trascendencia del sufrimiento. Coraje en lugar de Belleza. Ganar sangrando. Nadal lleva años en la ética del Ecce Homo. Hace años que es un paso de Semana Santa con raqueta", ha escrito.
Por si no van finos en iconografía religiosa, cabe recordar que el Calvario es el nombre por el que también se conoce el Gólgota, el monte al que tuvo que subir Jesucristo para ser crucificado. Poco antes, Poncio Pilatos lo presentaba ante la muchedumbre que lo juzgó ya con la corona de espinas, ensangrentado después de haber recibido los latigazos y con una capa que los soldados romanos le habían puesto para burlarse de él: "He aquí el hombre", dijo el gobernador, en latín Ecce Homo.
Así que para Vallín, que Rafa Nadal quiera seguir jugando a tenis sin ocultar sus dolencias y teniendo, en ocasiones como este miércoles, que parar el partido, convierten al tenista en una suerte de Jesucristo buscando casito y gloria, como si no fuese sobrado de ambas cosas aunque se hubiera retirado hace años. Y como al manacorí no se le toca, que hemos dicho antes, al periodista le han dado zascas por todos lados. Estos son algunos de ellos.
Vallín ha intentado ir contestando y argumentando algunas de las críticas que ha recibido, pero finalmente ha tirado la toalla porque han sido un aluvión. Por su parte, Nadal sigue adelante después de ganar y se ha recordado que no es la primera vez que alguien desde la grada pedía su retirada. Ocurrió hace once años en el Open de Australia y fue su tío y, por aquel entonces, entrenador, Toni Nadal, el que se lo rogó: "¡Estoy en cuartos de final, no me retiro ni cagando", le respondió, demostrando una exigencia competitiva que no ha perdido ni siendo "un paso de Semana Santa con raqueta".