El viaje del rey Felipe VI a Bogotá este domingo para presenciar la toma de posesión de Gustavo Petro, nuevo presidente de Colombia, se ha visto envuelto en una polémica inesperada. El motivo ha sido que el Rey de España no se levantó de su asiento cuando cuatro hombres de la Guardia Presidencial sacaron en el acto la espada de Simón Bolívar.
La espada de Bolívar tiene un fuerte significado simbólico para los autorevolucionarios bolivarianos. Para Petro, primer presidente de izquierdas en toda la historia de Colombia, el hecho de que la espada estuviese presente recuerda que sigue vigente aquello por lo que luchó el político y militar considerado como el fundador de Colombia.
"¡Alerta, alerta, alerta! ¡Que camine la espada de Bolívar por América Latina!", coreaba la multitud expectante. La espada paseaba ante todos los jefes de Estado que acudieron al acto protocolario, y todos ellos se ponían de pie. Todos menos Felipe VI, impertérrito en su silla. En un primer momento nadie le dio importancia, pero Twitter se ha encargado de que el asunto reviva. En especial, el portavoz de Unidas Podemos Pablo Echenique.
La espada de Simón Bolívar tiene un valor sentimental para muchos colombianos y, en especial, para el presidente Petro. Fue robada el 17 de enero de 1974, día en que el Movimiento 19 de abril (M-19), de carácter guerrillero y del que era miembro destacado Petro, publicaba una declaración de intenciones.
Una nota del M-19 decía, tras el robo, lo siguiente: “No envainaré jamás la espada mientras la libertad de mi pueblo no esté totalmente asegurada”. Esas palabras remitían al Libertador Bolívar, quien las había pronunciado antes.
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En 1991, un año después de que el M-19 acordase con el presidente Virgilio Barco deponer las armas e integrarse en la política, devolvieron la espada de Bolívar. Entre ellos estaba el hoy presidente Gustavo Petro.
Desde 1991 y hasta el día de hoy, esa espada está a buen recaudo en el Banco de la República o en la Casa de Nariño. No ha salido más que para actos como el de la investidura de Petro, que al sacarla a relucir lanzaba el mensaje de su inteligencia como político y sus intenciones, así como recordaba su historia personal.
Felipe VI, no obstante, no tendría todo esto en la cabeza. Por eso, cuando la primera orden de Petro como presidente fue mandar traer la espada, él ni se inmutó. Los que sí que se han percatado han sido las redes, que no han parado de hacer bromas y elaborar teorías disparatadas acerca del suceso. Para algunos, como Echenique, una ofensa; para otros, una simple anécdota. Estos últimos se han encargado de contraatacar al de Podemos con zascas: