El regreso de un festival nunca es plato de buen gusto para nadie, pero si tienes que hacerlo en un autobús sin aire acondicionado y con las ventanas cerradas, alcanzando temperaturas de casi 40 grados, el periplo puede acabar en problemas serios de salud. Eso es lo que han denunciado los jóvenes que volvían del Arenal Sound desde Burriana a Alicante, con tres horas de trayecto por delante y la promesa del conductor de que arreglaría la climatización, algo que no ocurrió.
Una de las pasajeras ha publicado en Twitter un hilo explicando lo sucedido, compartiendo también un vídeo en el que se ve a los jóvenes sudando la gota gorda y con un agobio importante en el interior del vehículo que, según su versión, el conductor se negaba a parar para dejarlos bajar. "La gente empezó a marearse, el suelo estaba encharcado de sudor y muchos empezamos a tener ataques de ansiedad", relata.
Planteándose incluso romper las ventanas, optaron por llamar a la Policía y fueron las autoridades las que obligaron al conductor a dejarlos salir. Hasta allí acudieron también los equipos sanitarios para socorrer a los jóvenes que se encontraban mal: vómitos, mareos, crisis de pánico y golpes de calor. Finalmente, la empresa de autobuses los reubicó en autocares con sitios libres: "Se ha jugado con la salud de muchas personas, es vergonzoso que nos tomen el pelo y está más que claro que lo han hecho por ser un grupo de gente joven que viene de estar de fiesta":
"Nadie puede aguantar tres horas en un autobús con 37 grados y sin aire", ha rematado el hilo la usuaria, consiguiendo que su vídeo vaya camino ya del millón de reproducciones. De hecho, FACUA ya se ha pronunciado pidiendo a la Generalitat Valenciana que abra una investigación y valore la apertura de un expediente sancionador a la empresa de autocares, que a su vez han denunciado ante la Dirección General de Comercio y Consumo y la Dirección General de Obras Públicas, Transporte y Movilidad del gobierno regional.
A todas luces parece una negligencia que podría haber acabado todavía peor y no es difícil empatizar con los chavales que han pasado un mal rato con lo ocurrido; pero entre los comentarios de indignación y de ánimo que ha suscitado la historia en Twitter también se han podido leer otros bien distintos. En concreto, ha habido varios tuiteros que han minimizado el suceso con el tan manido argumento de la "generación de cristal", animándolos a que vayan a trabajar al campo y se quejen menos:
Twitter nunca dejará de sorprendernos.