Pablo Iglesias invocó a la suerte el pasado mes de julio al anunciar que se había presentado al concurso público de dos plazas como profesor asociado en la Universidad Complutense de Madrid y cuatro meses después el exvicepresidente del Gobierno tendrá que seguir intentándolo. Este lunes ha anunciado a través de Twitter que ha sido excluido junto al resto de candidatos para la plaza de docente en Ciencias Políticas, argumentando que no tenía experiencia acreditada.
Fue a principios del pasado mes de octubre cuando se hacía pública la resolución de la plaza de Periodismo, en la que Iglesias fue superado por cuatro de los siete aspirantes, todos ellos periodistas con una dilatada experiencia en medios. Aquello supuso un nuevo escarnio público para el exlíder de Podemos, al que Twitter puso en la diana aquellos días sin que él se hubiese pronunciado sobre el asunto como ha hecho otras veces.
Esta vez sí ha salido a dar explicaciones y también a pedirlas, cuestionando el proceso de evaluación del tribunal. En el concurso al que se presentaba Iglesias para volver a la facultad de Ciencias Políticas, donde él mismo se doctoró e impartió clases antes de lanzar su carrera política, se apartó a dos aspirantes por no justificar el pago de las tasas y a los cuatro restantes por no acreditar el ejercicio de la actividad profesional en la materia.
"Basta con buscar en Google"
"No es frecuente que se excluya a todos los candidatos que optan a una plaza de estas características. Pueden revisar las plazas convocadas en el mismo área de conocimiento en la web de la UCM", ha lamentado Iglesias, añadiendo que "verán que los mismos candidatos no fueron excluidos en otras ocasiones" y sentenciando que es "muy extraña la exclusión", puesto que "basta con poner en Google el nombre de los candidatos para comprobar que varios somos profesionales de la Ciencia Política":
Aunque Iglesias ha recibido, como es habitual, decenas de mofas han desvelar su nuevo fiasco, lo cierto es que han sido muchos más quienes se han sumado a su crítica:
Coger una puerta giratoria parece más fácil que presentarse a una convocatoria pública.