La hilarante broma de un jugador del Cádiz imitando a Pablo Motos: "¿Sabe qué es lo que quiero?"

Aunque los concursos telefónicos eran más propios de los noventa, todavía quedan algunos sobreviviendo en nuestra televisión, como el que hacen desde El Hormiguero para regalar una tarjeta de Openbank valorada en 3.000 euros. Un reto que pudo dar su primer premio en mayo de 2019 y que ha dejado grandiosos titulares: la metedura de pata de Omar Montes o algunas respuestas épicas a Pablo Motos. 

Las bromas al teléfono también proliferaban hace dos décadas, cuando las generaciones más jóvenes tiraban de guía telefónica para burlarse al modo de Bart Simpson cuando telefonea al bar de Moe. Ahora, un jugador del Cádiz ha fusionado ambas cosas para hacerle creer a un amigo que había ganado la tarjeta de El Hormiguero. Armado con un teléfono móvil y una tablet en la que tenía un vídeo del programa, logró engañarlo y lo grabó para la posteridad.

Juan Torres Ruiz, conocido como Cala por el segundo apellido de su padre, llamó a Jesús Pereira y le puso la voz grabada de Pablo Motos. "Hola, buenas noches, ¿sabe usted qué es lo que quiero?", decía el presentador en la grabación, mientras la víctima contestaba correctamente y eufórico: "Sí, ¡la tarjeta de El Hormiguero!". El futbolista, aguantándose la risa, continuó poniendo la secuencia de aplausos y música.

"¿Es verdad o mentira?"

Motos seguía diciendo "sí señor" y preguntando el nombre el supuesto afortunado, que acabó diciendo hasta que era de Lebrija, como el jugador del Cádiz, y que estaba viendo el programa en ese momento. El hombre, un poco mosqueado, preguntó finalmente si era "verdad o mentira" y la voz del presentador le reiteró que la tarjeta era suya y que el equipo del programa le iba a tomar los datos. Torres ha compartido el vídeo, que va camino de las 300.000 reproducciones, añadiendo que "se confirma que entro":

Aunque algunas reacciones han apuntado que les parecía un vídeo falso, la mayoría han aplaudido la broma del futbolista:

Sería interesante ver también la reacción del pobre Jesús Pereira.