Morder la mano que te da de comer no parece lo más inteligente del mundo, pero Ángela Rodríguez ha decidido obviar la sabiduría popular para lanzarse a por los hombres de izquierdas, como si su partido se moviese en un espectro político diferente. La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género no solo ha tirado de estereotipos para tratar de ridiculizar a los que en algún momento consideraron aliados, sino que también ha puesto en duda su capacidad para "entender lo que ha pasado con la ley de libertad sexual". ¿El resultado? El cabreo monumental de un buen puñado de tuiteros.
Rodríguez, a la que también se conoce como Pam, ha pronunciado este discurso en el que consideraba un espacio seguro promovido por Podemos, sin darse cuenta de que ella no es una feminista más dando su opinión en foros de este tipo, sino la secretaria de Estado. A ella le ha tocado conducir el nuevo pódcast que se ha sacado de la chistera la formación morada y al que han llamado Feminismo para todo el mundo con la intención de tratar temas relacionados con "nuevas violencias machistas" como la "violencia política, judicial, mediática y digital".
En su primer capítulo, titulado paradójicamente ¿Quién odia a los hombres?, ha participado Rodríguez junto a la creadora de contenido y divulgadora Carla Galeote, los socios de Olympe Abogados (Rocío Moya e Isaac Guijarro) y la activista feminista musulmana Chaimaa Boukharsa. Casi hacia el final de la charla, que duró una hora y cuarto, se abordó la corresponsabilidad de los hombres en las tareas del hogar y de los cuidados, observando que ellos siguen sin involucrarse del mismo modo que las mujeres y tratando de analizar por qué sucede esto.
"Eres incapaz de entender"
Es en este contexto cuando irrumpe la secretaria de Estado sentenciando que los hombres no hacen más en casa porque "con privilegios se vive de puta madre", antes de comenzar el discurso que está levantando tempestades en Twitter. "A mí lo que más me cabrea el universo es los hombres de izquierdas", ha empezado diciendo para cuestionar directamente que no voten a la verdadera izquierda, que suponemos es la de ella: "Se creen que como ya votaron una vez izquierda ―que, amigo, date cuenta, a ver qué era lo que estabas votando y cuánto de izquierda había ahí".
"Además de eso hay un problema", siguió, tirando a continuación de estereotipos para burlarse y señalar a los hombres progresistas. "Es el típico tío de izquierdas en plan: 'Yo me leo todos los editoriales de los periódicos y además escucho La Base [pódcast de Pablo Iglesias] y luego me leo mis libros. Sé muchísimo de Gramsci y mira qué cosas retuiteo. Leo prensa internacional en francés, en inglés y tal...'. Y es cómo: tienes una idea geopolítica del mundo, tú antes que nadie sabías lo que había que hacer en la guerra de Ucrania, antes que nadie sabían cómo abastecer a España de vacunas, pero eres incapaz de entender lo que ha pasado con la ley de libertad sexual".
Y, según Pam, no entienden eso que ha pasado "porque te crees antes a cualquier memo que sale por la televisión que a tus compañeras que llevan una puta década pensando cómo había que proteger la ley de libertad sexual en el Código Penal y en el resto de leyes de este país", añadiendo que "de lo único que habla de eso es de tu puto privilegio como hombre, tío, de absolutamente nada más".
Así, después de mofarse de los hombres de izquierda, de menospreciar sus lecturas y su cultura general e incluso llegar a calificarlos de cuñados porque cuestionan lo que está pasando con las rebajas de penas en la ley del solo sí es sí, Rodríguez les aconseja que se fíen más de sus "compañeras" que de su propia capacidad para informarse y tener una opinión en base a, entre otras, las explicaciones de expertos en temas jurídicos; pero no solo eso, también les insta a que asuman como un "compromiso militante" leerse un libro de Bell Hooks.
Con todos estos calificativos y consejos para convertirse en buenos hombres de izquierdas a ojos de la secretaria de Estado, no es de extrañar que todos los que se han sentido señalados hayan cargado contra ella con comentarios como estos:
El vídeo completo del pódcast puede verse en este enlace ―el fragmento viral está a partir del minuto 56― y, curiosamente, todas las publicaciones que Podemos ha hecho en Twitter con extractos del programa tienen capados los comentarios. ¿Quizás porque temen a los hombres de izquierdas que leen a Gramsci y escuchan La Base?