Nunca antes habíamos visto unos azulejos tan indiscretos como los que se han hecho virales en Twitter esta semana. Un conjunto de pequeñas ventanas que se asoman en nuestro cuarto de baño como si estuviésemos en el interior de un patio de luces y todo el vecindario nos observase con naturalidad. No aptos para tímidos, están firmados por un estudio de diseño lituano y han despertado todo tipo de comentarios en la red social.
La historia de los azulejos nos lleva a miles de años antes de Cristo, siendo los primeros esmaltados los que se encontraron en Egipto y Mesopotamia. Fue la cultura árabe quien trajo la técnica a la Península Ibérica dejando tras de sí auténticas maravillas que han pervivido hasta nuestros días, como los alicatados de la Alhambra de Granada que se han convertido en todo un símbolo. Esa misma técnica y colorido se difuminó siglos después por toda España para decorar todo tipo de estancias.
Con el tiempo, en cambio, el uso del azulejo ha quedado relegado a las paredes de la cocina y del baño, puesto que son demasiado fríos para el resto de la casa. Entre sus ventajas está la durabilidad y la resistencia a los impactos, que es más alta que el hormigón, además de su impermeabilidad necesaria en ambientes donde hay puntos de agua. También resisten a la luz solar sin cambiar de color y no requieren un gran mantenimiento, siendo además muy fáciles de limpiar.
El azulejo indiscreto
De un tiempo a esta parte, además de todo lo anterior, se valora mucho el diseño, la forma e incluso la colocación, buscando siempre la máxima personalización para cada ambiente. Un toque personal que, sin duda, nos darían estas piezas que se han hecho virales gracias a Ramona Kitsch (@RuthKitsch), una tuitera ourensana que ha descubierto estos llamativos azulejos para el baño:
Miles de personas han reaccionado al tuit, pero conviene precisar que en este caso no se trata de azulejos, sino de pegatinas que se adhieren a ellos y que, por cierto, están a la venta. Los creadores son del estudio Gyva Grafika, ubicado en la ciudad lituana de Kaunas, y están inspirados en la antigua URSS. De hecho, el proyecto se llama Urban Soviet y nació tras un encargo para redecorar el baño de un restaurante de su ciudad hace algunos años.
Se les ocurrió esta idea nostálgica para emular los bloques de edificios de Europa del Este porque los dueños del local no querían cambiar los azulejos y su color marrón les recordó a esas fachadas donde uno de los diseñadores, Tadas Simkus, se crió. Relató él mismo al portal Hyperallergic que usaron fotografías de las viviendas que estaban ubicadas en su barrio de la infancia y crearon pegatinas para ir haciendo el mosaico que ahora se ha hecho viral.
Nos miran vecinos tendiendo la ropa y gatos que se asoman tras la cortina "tomados accidentalmente con una cámara", sin que las escenas estén preparadas. El restaurante quedó muy satisfecho con el resultado y tienen que estar pendientes de su mantenimiento porque la clientela se ha llevado algunas de las pegatinas. Desde España se pueden comprar también a través de su web a 5 euros la pegatina individual, a 38 euros el paquete con 9, a 54 euros el de 18 y a 82 euros el de 48 pegatinas. Eso sí, a juzgar por los comentarios, no son aptas para todo el mundo:
Sin duda, una original forma de sorprender a tus invitados que usen el baño.
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