El miedo es libre e incontrolable a cualquier edad, sobre todo si sube de categoría y se convierte en una fobia en toda regla, como parece que le pasa a la influencer Lola Lolita con las analíticas de sangre. La joven veinteañera, con más de 10 millones de seguidores en TikTok y más de dos y medio en Instagram, ha escalado a lo más alto de la lista de tendencias de Twitter por el vídeo que ha compartido mientras le daba un ataque de ansiedad en el centro médico.
Empezó su carrera en las redes sociales con vídeos de su día a día, bailes y retos, pero lo que ha mostrado esta vez poco o nada tiene que ver con ese tipo de contenido, con el que triunfa por su naturalidad. Este jueves compartió con sus seguidores el mal trago que pasó cuando tuvo que acudir a hacerse una extracción de sangre, puesto que tiene pánico a las analíticas y entra en un estado de gran nerviosismo.
La influencer se ve en el vídeo intentando abstraerse antes de comenzar, pero enseguida comienza a ponerse nerviosa, temblando, e intentando escabullirse. Para evitar su hiperventilación y tratar de calmarla, varias profesionales le ayudan a controlar la respiración: "Respira por la nariz y suéltalo por la boca, como si fueses a apagar una vela", le sugieren, animándola al decirle que "lo estás haciendo muy bien".
¿Y los tatuajes?
Bromean además con ella al preguntarle si no le han hecho más daño al hacerle las uñas o cualquiera de sus tatuajes, pero la joven asegura que eso no le ha dolido. Finalmente, logran sacarle la sangre y Lola Lolita se sorprende de la cantidad, explicando que verla le generaba nerviosismo y dándoles las gracias a las sanitarias por toda la ayuda. Las imágenes superan los 2 millones de reproducciones solo en TikTok:
No obstante, las reacciones más críticas, como es habitual, se han dado en Twitter. Allí, ha habido muchos que han cuestionado que la escena sea real e incluso se han metido con ella por tener miedo a sacarse sangre, como si eso fuese una exclusiva de la infancia:
Sin embargo, la mayoría de tuiteros ha defendido que las fobias no tienen edad ni son controlables, defendiendo a la joven tras su traumática experiencia.