Son muchas las personas aficionadas al coleccionismo. Este popular hobby cuenta con numerosos adeptos interesados en hacerse con un número elevado de todo tipo de objetos. Existen colecciones para todos los gustos. Las hay con mayor tradición, como el afán por reunir libros, discos, cromos o monedas, pero también encontramos ejemplos insólitos como la afición del actor Carlos Areces, por almacenar fotos de muertos.
También existen numerosos ejemplos de colecciones un tanto repugnantes. Es el caso de quienes se hacen con cientos de insectos. Aunque a la mayoría de personas los bichos pueden resultarles repulsivos, hay para quien pueden ser todo lo contrario. Es el caso de una joven que, lejos de parecerle asquerosas, se muestra como una apasionada por coleccionar cucarachas.
Para Shelby Counterman, una joven de 16 años aficionada a estos insectos desde que era una niña, "todas las cucarachas son únicas y especiales".
Más de 4.000 ejemplares
Con tan solo 18 meses, Shelby ya mostraba una predilección especial hacia las cucarachas, pero fue desde los cinco años cuando empezó a tratarlas como mascotas. Desde entonces, la joven ha logrado hacerse con una cantidad muy elevada de estos insectos. En concreto, cuenta con más de 4.000 ejemplares de 12 especies distintas. "Tengo cientos de cucarachas vivas", afirma.
La joven cuida de estos miles de cucharas en su casa de Oklahoma, en Estados Unidos, no solo por su afición a estos insectos, sino también como un acto reivindicativo, ya que Shelby también es una activista que defiende el papel de estos insectos en la naturaleza. Su objetivo es que todo el mundo conozca la importancia de estas especies.
La historia de esta joven se dio a conocer hace dos años gracias a un reportaje emitido en el canal de televisión estadounidense TLC, aunque se ha hecho ahora viral después de que un usuario de Instagram publicara un fragmento del vídeo.
En el reportaje, la joven se muestra como toda una experta de estos insectos que, cuenta, "no son perjudiciales para el ser humano". "No muerden, no son dañinas en absoluto, excepto que pueden ser un poco apestosas de vez en cuando", señala. "Son los mayores descomponedores de materia orgánica del planeta. Sin ellas habría mucha más basura en la Tierra", añade.
Las cucharas campan a sus anchas por su dormitorio, trepan por su cuerpo e incluso visitan el colegio de la joven. En el reportaje, Shelby cuenta que su cucaracha favorita, llamada Blackie, falleció el año pasado. Por ello, la niña creó una lápida para ella.
Aunque los padres de la niña no están demasiado entusiasmados con esta extraña afición, le dan su beneplácito. "No me gustan las cucarachas, pero puedo lidiar con ellas. ¡Tengo momentos alucinantes de vez en cuando!", dice su madre, quien reconoce que, aunque le desagraden, siempre ayudan a su hija en el cuidado de los insectos. En un futuro, Shelby quiere convertirse en una científica especializada en tratar enfermedades causadas por insectos.