Las redes sociales conocen a Elva como la Abuela Viajera, el sobrenombre que escogieron para ella sus nietos, que aceptaron el reto de lanzar su perfil en Instagram para encontrar la fórmula que permitiese que esta argentina pudiese cumplir su sueño de viajar por el mundo. Tuvo que posponerlo imitada por su economía y sus cargas familiares; pero ahora, a punto de cumplir los 85 años el próximo 6 de noviembre, acumula decenas de historias en su equipaje y se ha hecho viral por ello.
Nacida en la ciudad argentina de Córdoba, nieta de españoles, Elva fue maestra de inglés y también costurera, conocimientos que le han brindado la oportunidad de ser una octogenaria viajera. Sus ansias de conocer mundo se acrecentaron cuando una de sus nietas, Sofía, la invitó a pasar unos días en Florencia con ella en 2018, la primera vez que cruzaba el charco. La mujer se percató de que los ahorros solo le daban para pagarse los billetes; sin embargo, sus nietos vieron en ello una oportunidad de lanzar a su abuela al estrellato de las redes.
Así, el 30 de junio de 2019 aterrizaba en Instagram presentándose como "una abuela argentina que sueña con viajar a Europa para conocer gente de distintos lugares con el fin de intercambiar mi experiencia como voluntaria". Enumeraba que había trabajado en varias escuelas dando clase a niños, jóvenes y adultos, y también en un taller de costura. Sabiendo inglés, que eso ya es una ventaja, Elva no tardó en encontrar aliados que promocionasen su iniciativa:
"Me quedé con ganas de conocer más", reconocía la abuela tras su primer viaje a Italia, orgullosa porque le había salido una primera oportunidad. "Tengo en mi mano el libro del curso de costura con el que aprendió a coser en 1957, preparado para llevar a Inglaterra, donde haré mi primer voluntariado enseñando a coser a una familia", avanzaba, en una imagen donde posaba con una máquina de coser que "era de mi abuela, la compró en 1890 cuando llegó de España y aun coso con ella a pedal". El 10 de septiembre de 2019 ya estaba en Reino Unido junto a Alanna, la niña que tendría que instruir:
Una pareja de Brighton la invitaron a vivir con ellos a cambio de clases de costura para su hija de 12 años y estuvo con ellos un mes y medio, tiempo en el que la mantuvieron a cambio e incluso la llevaron a conocer Londres. Después llegó a España, a Palma de Mallorca, donde un joven argentino tenía organizada una comunidad de jóvenes en su casa y ella estuvo cocinando para ellos a cambio de su estancia. Antes de regresar, otro compatriota se ofreció a enseñarle la isla en moto cuando su horario como repartidor se lo permitía.
Con la llegada de la pandemia, Elva dejó las maletas guardadas como el resto de la humanidad, pero no se paró. Trabajó cosiendo batas y mascarillas para los sanitarios, "muy feliz de poder ayudar con mi granito de arena", decía en Instagram. Después, retomaba su trabajo como costurera haciendo ropa, vestidos de novia, disfraces... "Acá se trabaja con 83 años porque hay que salir adelante", decía con humor. No fue hasta marzo de 2023 cuando pudo retomar sus viajes, estaba vez pagados por una compañía argentina por ser ya toda una influencer.
Ha contado Elva en su última publicación que ella nunca usó una página web de voluntariado, sino que fue a través de Instagram y las ofertas que le llegaron tras contar su historia. "Mi nieta los entrevistó para elegir los lugares más seguros y en los que yo podría sentirme mejor", ha aclarado, valorando que gracias a ello pudo cumplir sus sueños.