En el corazón de la provincia de Córdoba, Argentina, se encuentra un tesoro natural y una historia de amor que ha cautivado a quienes la descubren: un bosque en forma de guitarra. Pero, en realidad, es mucho más que eso.
La forma de guitarra de este bosque no es evidente desde el suelo, ya que está rodeado por filas de árboles. De hecho, el propio creador, Pedro Martín, nunca ha tenido la oportunidad de admirarlo desde el aire, confesando que tiene miedo a volar.
La historia de este bosque en forma de guitarra se remonta a la pasión por la ecología de Graciela Yraizoz, mujer de Pedro y una joven cuyo sueño era transformar las llanuras de ese terreno en una guitarra "natural".
En 1977, la muerte repentina de Graciela debido a un aneurisma dejó a Pedro sumido en el dolor. Decidido a honrar la memoria de su amada esposa, se propuso convertir el sueño del bosque en forma de guitarra en una realidad. Durante cinco años, se dedicó incansablemente a plantar árboles: hasta 7.000 árboles plantó. Para hacer realidad el sueño de su mujer tuvo que hacer frente a numerosos desafíos, pero Pedro insistió, rechazando la ayuda de paisajistas y optando por llevar a cabo la tarea por sí mismo, con paciencia y cuidado hasta que los árboles crecieran y la guitarra alcanzara su plenitud y se pudiese apreciar desde "el cielo".
Con una longitud de 2.500 metros y un ancho de 400 metros, el diseño del bosque representa un logro monumental, un logro lleno de superación y, sobre todo, amor.
A lo largo de todos estos años, cientos de pilotos han sobrevolado el área para apreciar y fotografiar este bosque, que se ha convertido en una bonita historia de amor. El 19 de septiembre de 2019, Pedro Martín falleció a los 79 años, dejando atrás un legado y un bosque imborrable. Su bosque y su guitarra natural se volvieron famosos en todo el mundo, incluso siendo reconocidos por Google Maps y por miles de personas que han ido y seguirán yendo a apreciarlo en persona.
Algunos de los comentarios que ha recibido esta bonita historia son: "Muero de amor", "Su mujer no merecía menos", "Ojalá sigan existiendo historias así" o "Y tu esperando a que te escriba".
Hoy, bajo el cuidado de sus hijos, el bosque de la guitarra sigue siendo un destino emblemático en Córdoba, atrayendo a visitantes y aviadores de todo el mundo, quienes contemplan maravillados el legado de este hombre que cumplió el sueño de su mujer.