El Real Madrid - Bayern de Múnich de anoche sigue dejándonos imágenes imborrables, tal fue la relevancia de lo ocurrido en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, el choque de Champions League provocó también una una divertida escena a muchos kilómetros de allí, concretamente en el Palau Blaugrana, donde Barcelona y Olympiacos disputaban el quinto y definitivo encuentro de su serie de playoffs que daba acceso a la Final Four de la Euroliga.
El final del partido de fútbol coincidió con el del baloncesto, lo que motivó que algunos aficionados culés estuviesen más pendientes del teléfono móvil para consultar los últimos minutos del duelo de Champions que de lo que estaba ocurriendo sobre el parqué barcelonista. De este modo, a falta de dos minutos para el final del partido de Euroliga, la retransmisión televisiva cazó con gran acierto a tres aficionados culés indignados ante los goles de Joselu. Su reacción no tiene desperdicio.
La indignación de los tres barcelonistas se produjo además en un momento crítico para su equipo, que con tan sólo 1:54 por jugar veía como Olympiacos se le escapaba 49-57 en el marcador, 8 puntos de diferencia que a la postre resultarían cruciales en la victoria griega ante el conjunto español. Entre eso y la remontada blanca, ambas ocurridas en el mismo lapso de tiempo, la reacción de indignación de los culés no pudo ser más sincera.
Adiós a la Final Four
Más allá de la anécdota, los aficionados barcelonistas tienen motivos para la decepción con su equipo. El conjunto entrenado por Roger Grimau no pudo dar el do de pecho en el momento más importante de la temporada y se vieron superados por el equipo griego 59-63 en el quinto y último partido de la serie. Decepción total para los catalanes, que afrontaban esta eliminatoria con la ventaja factor campo y que, tras su victoria en el tercer partido en Atenas, se garantizaban la disputa del quinto y decisivo encuentro en el feudo blaugrana.
Por su parte, el Olympiacos se enfrentará al Real Madrid en la Final Four de Berlín, que se disputará entre el 24 y 26 de mayo en el Uber Arena. Los griegos evitan así un "clásico" en las semifinales de la máxima competición continental, y tendrán como objetivo desbancar al actual campeón de la competición. Los de Chus Mateo, en cambio, sueñan con revalidar título tras el conseguido el año pasado en Kaunas, que supuso en undécimo entorchado para la entidad blanca.