Reconocer las conductas narcisistas -o lo que es lo mismo, es un/a ególatra es el primer paso para detener este tipo de abuso y buscar ayuda. Es probable que tu pareja tenga una personalidad así y que no hayas sido capaz de percatarte de ello, por eso es importante recordar que nadie merece ser tratado de esta manera y que siempre hay opciones y recursos disponibles para salir de una situación de abuso emocional. A continuación te dejamos una serie de conductas propias de personalidades narcisistas, según el hilo de la cuenta de X Psicología Narcisista.

Críticas constantes: Se critica cada aspecto de la persona de forma repetitiva sobre su apariencia física, personalidad, habilidades o decisiones. La constante crítica mina la autoconfianza de la víctima y la hace sentir inadecuada en todos los aspectos de su vida.

Ignorar sus logros: El narcisista puede restar importancia a los logros de la víctima, atribuyéndolos a la suerte o a otros factores externos, o simplemente ignorándolos por completo. Esto hace que la víctima se sienta poco valorada y sin reconocimiento por sus esfuerzos.

Desautorización: El narcisista puede invalidar las opiniones de la víctima, ridiculizar sus ideas o hacerla sentir que sus sentimientos no son válidos. Esto hace que la víctima se sienta sin voz ni voto en la relación y disminuye su autoestima.

Burlas y sarcasmo: Se utilizan burlas, sarcasmo o comentarios hirientes para ridiculizar a la persona. El narcisista puede hacer bromas a costa de la víctima o utilizar un tono sarcástico para menospreciarla. Estas acciones generan vergüenza y humillación en la víctima.

Manipulación emocional: El narcisista puede utilizar el chantaje emocional, haciéndole sentir que si la víctima no actúa de cierta manera, el agresor se sentirá herido o decepcionado. Esto genera una constante sensación de culpa y autoinculpación en la víctima.

Abuso verbal: Se utilizan insultos, palabras despectivas y amenazas verbales para degradar a la persona. El narcisista puede insultar a la víctima, menospreciar su valía o amenazarla con consecuencias negativas si no cumple con sus exigencias.

Control excesivo: El narcisista puede controlar sus actividades, sus relaciones sociales, su manera de vestir o incluso sus pensamientos y emociones. Este control constante hace que la víctima se sienta atrapada y sin capacidad para tomar decisiones por sí misma.

Aislamiento: El narcisista puede desalentar o prohibir a la víctima que se relacione con otras personas, haciéndola sentir sola y dependiente emocionalmente del agresor. El aislamiento reduce la red de apoyo de la víctima y la hace más vulnerable al abuso.

Manipulación financiera: El narcisista puede limitar el acceso de la víctima al dinero, obligarla a pedirle dinero o utilizar los recursos económicos como forma de control y manipulación. Esto hace que la víctima se sienta incapaz de valerse por sí misma.

Inseguridad inducida: Se hace dudar constantemente de sus capacidades y de su valía como individuo. El narcisista puede hacer comentarios que socaven la confianza de la víctima en sí misma, haciéndola sentir que nunca será lo suficientemente buena o capaz.

Culpar a la víctima: Se culpa a la persona por los problemas en la relación o en su vida. El narcisista puede responsabilizar a la víctima por cualquier dificultad o conflicto que surja, haciéndola sentir culpable y autoinculpándose.

Intimidación: Se utilizan amenazas o comportamientos intimidatorios para mantener el control sobre la persona. El narcisista puede amenazar con hacerle daño físico o emocional a la víctima o a sus seres queridos si no cumple con sus exigencias.

Minimizar sus sentimientos: Se minimizan o ignoran los sentimientos y necesidades de la persona. El narcisista puede restar importancia a los sentimientos de la víctima, haciéndola sentir que sus emociones no son válidas o importantes.

Castigos emocionales: Se aplican castigos como el silencio o la indiferencia, para afectar a la persona por no cumplir con las expectativas del narcisista, puede ignorar a la víctima, darle la espalda o tratarla con frialdad para hacerla sentir culpable y arrepentida.