La Audiencia Provincial de Madrid ha juzgado en la mañana de este martes a un matrimonio por encerrar en julio de 2013 a su hija menor de edad con un candado en una habitación como represalia por llegar a casa una hora más tarde de la acordada tras una noche de fiesta.
La hija de Abdelaziz E. H. y Touria E. H, con 16 años en el momento de los hechos que se han juzgado, llegó al domicilio familiar después de haber estado en un cumpleaños sobre las 00:15 horas. Al llegar, la menor mantuvo primero una gran discusión, según consta en el escrito del fiscal, con sus progenitores y luego el padre, “con el consentimiento de la acusada”, la encerró en una habitación sin ventanas que él mismo utilizaba para guardar objetos del trabajo colocando un candado en la puerta para evitar que saliese.
Al día siguiente, el 3 de julio de 2013, tras escuchar que su padre abandonaba el domicilio, la menor logró salir de la habitación forzando la puerta. Fue entonces cuando se encontró con su madre también acusada, quien con el ánimo de menoscabar su integridad física, la agarró fuertemente por el melo mientras telefoneó a su marido para que volvise a casa.
Al regresar el acusado a su domicilio, le propinó a su hijo, siempre según el escrito del fiscal, un fuerte golpe en la cara y en la cabeza por los cuales cayó al suelo y una vez en el suelo los dos padres a la vez le propinaron puñetazos en la cabeza mientras la insultaban.
Ante esta situación, la menor comenzó a pedir auxilio a gritos. Para evitar que siguiese, su padre le tapó la boca mientras su madre pedía unas tijeras a su hermana para cortarle el pelo sin conseguirlo porque “no cortaba bien”.
Tras un “fuerte” forcejeo, la joven aceptó ser de nuevo encerrada pero en esta ocasión en su habitación, esta vez con ventanas. Los acusados volvieron a colocar un candado en la puerta y así permaneció 24 horas más. A la mañana siguiente, la joven escribió dos notas pidiendo ayuda y las arrojó por la ventana al patio trasero de la casa de su vecina.
Los escritos fueron encontrados por un vecino, quien los entregó a la Policía de modo que por la tarde de ese mismo día, varios agentes llegaron al domicilio y liberaron a la menor de su encierro. Este vecino, que ha declarado hoy en calidad de testigo, ha reafirmado su versión: “Yo sólo vengo porque encontré el papel con la palabra ‘socorro’ y lo llevé a la Comisaría”.
Al terminar el juicio, los abogados de los padres de la víctima se han mostrado satisfechos por cómo ha transcurrido la sesión, y en declaraciones a los periodistas han afirmado que se han evidenciado “contradicciones” entre el informe del Fiscal y las declaraciones de los testigos.
Han alegado, por ejemplo, que no consta ninguna fotografía en los informes periciales del supuesto candado con el que los padres sellaron la puerta -algo que en otros procesos, analizan, es siempre usual-.
El juicio ha quedado visto para sentencia después de que se aplazase el pasado mes de abril porque la supuesta víctima no se presentó a declarar.