El Orgullo Gay que se encontrarán los hombres de negro: luces y sombras de la fiesta grande en Madrid
Agentes del World Pride Gay supervisarán la fiestas en Madrid, que en 2017 será sede mundial.
30 junio, 2016 01:21Noticias relacionadas
Los hombres de negro ya han aterrizado en Madrid. Lupa en mano, representantes del World Pride -la mayor fiesta LGTB del mundo y que se celebrará el próximo año en la capital española- han llegado para supervisar al milímetro todos los actos que se han programado para celebrar el Orgullo Gay que comienza este miércoles.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, los ha recibido advirtiéndoles de que van a ser “seducidos” por una ciudad “extraordinaria” que es “una caja de sorpresas”. Efectivamente, un cajón de sastre con estas luces y sombras que se evidenciarán durante cinco días de reivindicaciones y fiestas.
1. Un comienzo de Orgullo sin pregón por miedo a los abucheos a Masterchef
Por primera vez en la historia, las fiestas no comenzarán en la emblemática plaza de Chueca y tampoco contarán con el tradicional pregón de inicio. La primera cuestión se debe a que la asociación de vecinos de Chueca ganó la partida en los tribunales por el exceso de ruido en todas las ediciones anteriores y la organización se ha visto obligada a trasladarse a la Plaza Pedro Zerolo. La segunda, por la polémica generada después de que se anunciara quiénes serían en principio los pregoneros de este año.
AEGAL, la asociación de empresarios que se encarga de la organización en clave festiva del Orgullo Gay, reveló que serían los tres cocineros de Masterchef los que inaugurarían esta edición. Ni 24 horas tardaron en rectificar y cancelar el pregón después de la polémica generada en redes sociales. “No nos podíamos arriesgar a que los pregoneros fuesen abucheados y que les montasen una cacerolada delante de los representantes del World Pride”, reconocen a EL ESPAÑOL desde la organización.
No ha habido plan B. Los empresarios decidieron que no presentarían unos pregoneros alternativos “porque no es justo”, por lo que los hombres de negro no escucharán un discurso -ni reivindicativo, ni festivo- dado por una persona popular, sino que se conformarán con las lecturas que hagan los líderes de las asociaciones y el homenaje a las víctimas de la matanza homófoba de Orlando.
2. Una ciudad blindada con 2.000 efectivos de seguridad
Casi 2.000 personas velarán por la seguridad durante las fiestas: 1.200 policías municipales, 300 voluntarios de Protección Civil, 100 sanitarios del SAMUR, 6 retenes de bomberos, 350 voluntarios de la organización y 125 personas de seguridad privada.
Además, se colocarán alrededor de 4.000 vallas en los sitios más frecuentados para facilitar su trabajo. Los dispositivos actuarán principalmente en la plaza Pedro Zerolo, la plaza del Rey, la plaza de la Independencia, la Puerta del Sol, la plaza de España y la plaza de Colón. Esta edición viene marcada por un intento de descentralización. No todo estará en Chueca. Así se evitarán las masificaciones y se facilitarán las intervenciones de emergencia.
3. Una fiesta sin la presidenta madrileña por el veto al Partido Popular
Los ‘hombres de negro’ verán cómo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no recibirá en el escenario de la madrileña plaza de Colón a la manifestación estatal que se celebrará el sábado por la tarde. No lo hará, como tenía previsto junto a la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena, después del veto que han impuesto los organizadores, FELGTB y Cogam, a Cifuentes por pertenecer al Partido Popular.
Según han explicado los colectivos a este diario, la ‘popular’ fue invitada en un principio por ser la máxima representante de la Asamblea de Madrid, “uno de los parlamentos autonómicos que más ha hecho por el colectivo”, pero fue vetada posteriormente “por pertenecer a un partido que no lucha por los derechos LGTB”.
Aclaran que a la manifestación, como no podía ser de otro modo, “puede ir cualquiera”, pero como organizadores, “no pueden permitir” que en la cabecera de la marcha -que este año tendrá un lema en favor de la visibilización de la bisexualidad- tenga representación un partido que llegó a presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio igualitario.
Cifuentes mostró su decepción tras ser invitada como presidenta de la Comunidad y vetada por ser del Partido Popular. Fuentes cercanas a la presidenta, aseguran que acudirá “otro representante” de la Asamblea en su lugar.
4. Una ordenanza ‘in extremis’ para evitar las multas por ruido
El mismo día en el que comienza el Orgullo LGTB en Madrid, el pleno del Ayuntamiento ha aprobado 'in extremis' una proposición para nombrar a la fiesta de "interés general". Se equiparan así los días en los que se defienden los derechos de los homosexuales con Las Fallas de Valencia o los sanfermines, lo que permitirá elevar los decibelios máximos permitidos para que los organizadores no se enfrenten a más multas.
Se da la paradoja de que el escenario de Colón, donde acaba la manifestación estatal, fue multado el pasado año por exceso de ruido con 12.400 euros. El Ayuntamiento de Madrid castigaba al escenario en el que precisamente se había subido la propia alcaldesa para dirigirse a los presentes y dar su discurso por las fiestas. El equipo de Carmena cumple así con su promesa a los colectivos de poder celebrarse todo lo programado sin riesgo a enfrentarse a otra multa que, en este caso, al tener carácter progresivo se podría elevar a los más de 20.000 euros.
5. Madrid, volcada con el Orgullo: el arcoíris adorna los edificios institucionales
El arcoíris ya luce en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Una bandera LGTB de 20 metros de largo alegra la fachada de la casa consistorial. La enseña, de 1995, es la misma que salió a las calles en la primera manifestación por el matrimonio igualitario. También luce la bandera LGTB en la sede de la Comunidad.
Madrid ha puesto sus estructuras al servicio del festival. La Empresa Municipal de Transportes reforzará el tránsito nocturno el viernes y el sábado. A lo largo de estas noches, se calcula que habrá un 15% más de autobuses que un fin de semana cualquiera. También se han autorizado dos paradas de taxis excepcionales para el sábado y el domingo: una en Serrano y la otra en Alfonso XII.
Este año, el MADO aumenta en gran medida los dispositivos de limpieza, sobre todo en las plazas donde se colocarán escenarios y en las zonas más frecuentadas. El Servicio Urgente de Limpieza del Ayuntamiento dispondrá de más de 200 operarios dotados de distintos tipos de vehículos y recorrerán la ciudad entre este miércoles y el domingo.
6. 150 millones de euros en cinco días, la caja que hará Madrid
Los cinco días de Orgullo Gay en Madrid supondrán un retorno de entre 140 y 150 millones de euros. Se prevé que los turistas sobrepasen la barrera de los 300.000 y que la ocupación en los hoteles de la almendra central de la ciudad roce el 100%.
Este año la inversión del Consistorio en el festival es mayor. En ediciones anteriores, la crisis entrañó una rebaja en el presupuesto destinado al MADO. Carmena ha dotado al festival de 250.000 euros a través de AEGAL (Asociación de Comercio, Turismo y Cultura gayfriendly) y otras asociaciones.
7. La comunidad gay, dividida: el ‘Orgullo crítico’ se abre camino
Desde los inicios de esta fiesta en Madrid, que cumple 20 años en la capital, sólo un grupo reducido de organizaciones de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales ha ’monopolizado’ la organización del Orgullo. AEGAL (los empresarios), FELGTB (la federación estatal) y Cogam (la autonómica).
Hace unos años, se planteó la idea de nombrar la fiesta de “interés cultural”, pero los organizadores se opusieron. ¿Por qué? Según señalan a EL ESPAÑOL otros colectivos LGTB ajenos a la organización, esto se debe "al miedo que tienen AEGAL, FELGTB y Cogam a quedarse sin su chiringuito de subvenciones". Es decir, el hecho de nombrarlo de interés general implicaría que la organización de la fiesta sea sacada a concurso público, en el que otros colectivos o empresas pudiesen pujar por el Orgullo.
Este año, se ha celebrado en el barrio de Lavapiés el 'Orgullo crítico', una suerte de celebración reivindicativa organizada por otras asociaciones y colectivos, que ha evidenciado la falta de cohesión del movimiento LGTB en la capital madrileña.