Minutos después de ser reelegido Mariano Rajoy presidente del Gobierno el pasado 29 de octubre anunció que se tomaba un tiempo para presentar sus ‘nuevos’ ministros tras diez meses en funciones. Sin prisa. La misma que parece que se ha instalado en el número 34 de la madrileña calle Alcalá. El curso hace dos meses que echó a rodar y los estudiantes avanzan en los temarios, pero desde el Ministerio de Educación no ponen fin a la incertidumbre que impera en las aulas ante el desconocimiento de cómo será la prueba final de Bachillerato.
El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, se empeña en repetir en todos los foros -tras anunciar que se cargaba las polémicas reválidas- que la nueva prueba de acceso a la universidad se parecerá “mucho” a la ya enterrada Selectividad. Pero lo cierto es que habrá diferencias y muchas de estas, a 21 días de que llegue el plazo límite con el que cuenta el Ministerio, no están aclaradas en el borrador de la orden ministerial que detalla los pormenores de las pruebas.
El documento, que fue debatido el martes en una reunión técnica entre el departamento que dirige Méndez de Vigo y las comunidades autónomas, otorga a las regiones la elección de las fechas de los exámenes y las preguntas. Sin embargo, el Gobierno central controlará las asignaturas que deben ser objeto de examen, los contenidos y los estándares de aprendizaje. No obstante, quedan muchas dudas por disipar en este borrador con fecha del 6 de octubre.
¿Puntuará hasta 10 a hasta 14?
La primera diferencia a la que tendrán que hacer frente los estudiantes que quieran acceder a la universidad -los que no deseen seguir esta vía no estarán obligados a hacer esta prueba- es que no sólo tendrán que examinarse de materias de 2º de Bachillerato como hasta ahora, sino también de 1º. Los chavales se examinará de ocho materias en total: cuatro troncales -Lengua Castellana y Literatura, Filosofía, Historia de España y primera lengua extranjera-, una troncal general, dos opcionales y una específica, que no podrá ser ni Educación Física ni Valores.
En el borrador que se ha estudiado en la reunión técnica, previa a la Conferencia Sectorial de Educación que el ministro convocará en los próximos días, no se recoge si la nota será sobre 10 o sobre 14 como la Selectividad.
En la PAU, los alumnos podían subir nota gracias a la parte específica de los exámenes. Esos cuatro puntos de más en la práctica se convertían en prácticamente imprescindibles para acceder a carreras con mucha demanda.
¿Se mantiene el distrito único?
Las 17 comunidades autónomas, incluidas las que están gobernadas por el Partido Popular, han pedido al Ministerio de Educación que se mantenga el distrito único para acceder a cualquier campus universitario español, independientemente del lugar de procedencia del alumno. Es decir, que un alumno de Bachillerato, por ejemplo, de Almería pueda optar a una carrera en una universidad de Cataluña con su nota andaluza.
Educación, a través de su director general de Universidades, Jorge Sáinz, afirmó que la parecía “buena noticia” que se mantuviese el distrito único, tal y como acordaron los responsables regionales de universidades.
No obstante, en las más de 200 páginas, que componen el borrador de esta orden ministerial no aparece ninguna referencia a este aspecto. También cabe recordar que la ley para la mejora de la calidad educativa (Lomce) sí proporciona el marco legal a los campus para que realicen sus propias pruebas de acceso adicionales para cribar alumnos.
¿Subirá el precio de la prueba?
Hasta ahora, las universidades fijaban los precios que costaba realizar la pruebas de acceso y variaba según la comunidad autónoma. Por ejemplo, la fase general en Andalucía tenía un precio de 58,70 euros y la fase específica 14,70 euros por cada materia de la que el alumno quisiera examinarse para subir nota. En el caso de Madrid, la inscripción en la fase común a todos los estudiantes era de 81,60 euros, más 10,20 euros por asignatura específica.
Sin embargo, una de las diferencias de la nueva prueba es que se desarrollará en junio en cuatro días y no en tres, como hasta ahora. Esto supone un día más de logística, que podría repercutir en el dinero que tienen que desembolsar los estudiantes para realizar las pruebas. Desde Educación, tampoco dan respuesta a esta cuestión.