Nadia en una imagen junto a sus padres

Nadia en una imagen junto a sus padres

Sociedad

El juez envia a prisión al padre de Nadia por utilizarla “para la mendicidad”

La madre queda en libertad pero el juez ordena retirarle la custodia de su hija tras "desvanecerse" su coartada de que desconocía la estafa ideada por su marido.

9 diciembre, 2016 21:20

El titular del juzgado de instrucción 1 de La Seu de Urgell acordó este viernes el ingreso en prisión incondicional de Fernando Blanco, padre de la pequeña Nadia, por un presunto delito de estafa por engañar con las donaciones aportadas para el tratamiento de su hija. Tras tomar a los dos padres declaración en calidad de investigados, el juez dejó a la madre en libertad provisional con suspensión de la patria potesdad de la menor, situación que se comunica a la Generalitat. Ambos fueron detenidos este miércoles tras las sospechas de los Mossos d'Esquadra de que podrían intentar huir tras conocer que estaban siendo investigados. 

Tras este movimiento de los agentes, el magistrado ordenó la entrada y el registro de su domicilio y del negocio de ambos para buscar documentación que acredite qué ha ocurrido con el dinero que se ha donado a la familia para el tratamiento de su hija. Del registro se ha descubierto la cantidad de ropa que tenían los padres así como los objetos de lujo, como relojes por valor total de 60.000 euros.

El padre de la menor había asegurado ante los medios de comunicación que su hija había viajado a Houston (Estados Unidos) y Afganistán para someterse a tratamientos experimentales que curaran la enfermedad de envejecimiento precoz que sufre su hija. Ahora todos los indicios hacen sospechar que nunca viajó a estos países. Tras revelarse que lo contado por el padre de la niña era una farsa él mismo reconoció que en realidad le había llevado curanderos y no a hospitales extranjeros.

Ante los indicios de estafa, el juez bloqueó el dinero de las cuentas bancarias del matrimonio y retiró el pasaporte de la pequeña Nadia para evitar que pudieran sacarla del país.

La beneficencia, su forma de vida

En el auto, el juez concluye que los padres de Nadia “habrían convertido la beneficencia como su modo de vida, sirviéndose para ello de su hija menor de edad”, bien bajo la simulación de una enfermedad no sufrida por la menor o bajo el pretexto de operaciones y tratamientos médicos que no han existido. En definitiva, acercándose al tipo penal de la utilización de menores para la práctica de la mendicidad.

Según el informe realizados por los mossos, los padres de la menor habrían llegado a recaudar gracias a la enfermedad de su hija cerca de 1 millón de euros, y sólo hay constatación de que hayan invertido en los tratamiento de las pequeña 295 euros. Sin embargo, con el dinero ingresado en la cuenta de la ONG fundada para Nadia Nerea ha sido empelado en comprar relojes por valor de 60.000 euros, el pago del alquiler de la casa, unos 10.000 euros anuales, y un coche de 25.000 euros.

Un arma simulada para la huída

Tras tomar declaración al progenitor, el magistrado no ha tenido otra opción que enviarle a prisión dado que se ha detectado cómo el pasado 6 de diciembre quiso huir de la Justicia tras conocer que estaba siendo investigado, según se desprende de las llamadas telefónicas entre los padres intervenidas judicialmente. “Fueron constantes el empleo de medios para conseguir no ser localizados tales como el manejo de diferentes números (hasta tres números distintos de diferentes países), llamadas vía whatsapp, maniobras evasivas para no ser seguido o la utilización de una pistola simulada con la finalidad de asegurar la huída”.

El padre de Nadia llegó a organizar con su mujer la huida de la familia. “Dicho intento se vio frustrado por su detención”, explica el auto judicial. Asimismo, los mossos sospechan que podría ocultar grandes cantidades de efectivo que le facilitarían la huída. “Es este mismo motivo, y al encontrarse la instrucción en una situación incipiente, que la destrucción de pruebas debe considerarse como virtualmente posible. Este instructor considera tal peligro como fundado y concreto afectando a fuentes de prueba que son relevantes para el proceso”, recalca.

El juez llega incluso a sospechar de la realidad de la enfermedad de la pequeña. Según relata en la resolución, los padres habrían utilizado la supuesta enfermedad de su hija para el lucro de los padres, a través de una supuesta asociación sin ánimo de lucro. Según el atestado policial, los padres de la menor Nadia Nerea, habrían creado fundaciones, sorteos, recaudaciones y demás actos benéficos con la intención de obtener fondos para el tratamiento de la menor, la cual sufriría una grave y muy poco común enfermedad. La enfermedad en cuestión sería la tricotiodistrofia.

A raíz de las apariciones de los progenitores en diferentes programas de televisión y medios en papel escrito, “han ido creciendo las voces que aseguran o bien que la menor no sufriría dicha enfermedad, o que en todo caso, los tratamientos para que los progenitores aseguran haber invertido los fondos recaudados son inexistentes”, recuerda el magistrado.

En apoyo de dichas tesis, los testimonios de diversos médicos del entorno de la menor, los cuales aseguran no haber atendido a la menor salvo para contingencias comunes. En su declaración como testigos, ambos doctores ponen el acento en la reticencia de los progenitores en que estos profesionales atendieran a la menor. “Entienden los investigadores, y no sin falta de razón, que dicho comportamiento podría pretender ocultar dos realidades. O bien la niña no sufre la enfermedad en cuestión, o bien la menor no estaría recibiendo el tratamiento para el que los padres recaudan dinero”, añade.

“Clama el cielo los gastos de los padres”

La Asociacion Nadia Nerea para la tricotiodistrofia y enfermedades raras de Baleares fue constituida en 2009 para recaudar fondos con los fines benéficos de costear las operaciones de la menor Nadia Nerea. “Pues bien, nada más alejado de la realidad. Del estudio de las cuentas, se desprende una clara utilización de las mismas para costear la vida de los investigados”, explica.

Los padres cargaron a las cuentas de la fundación gastos de supermercados, ferreterías, grandes centros comerciales, viajes, hoteles, restaurantes, tiendas de electrónica, comercio electrónico, alarma del domicilio, gastos de telefonía. Y así una larga lista de gastos ordinarios, así como el alquiler de la vivienda familiar.

La explicación del padre es que el dinero obtenido de su negocio iba a la misma cuenta y luego se hacía uso indistinto del dinero, explicaciones no creíbles para el instructor. “Resulta de todo punto imposible, que con unos ingresos anuales que rozan escasamente los 30.000 euros, se pueda sostener un alquiler de 10.000 euros anuales y adquirir vehículos de 25.000 euros. Por necesidad, de esa confusión de caudales antes descrita, tuvieron que destinarse donaciones para gastos particulares de los progenitores”, subraya la resolución judicial.

La coartada de la madre, “se desvanece”

Según los datos de los mossos, de casi 1 millón de euros que han llegado a recaudar en la cuenta sólo queda algo más de 300.000 euros, con lo cual concluyen que los padres se han gastado más de 600.000 euros. “De toda esta suma gastada, clama al cielo la interminable sucesión de reintegros en efectivo realizada por los investigados, existiendo semanas en las que llegaban a extraer 10.000 euros en efectivo”, añade el juez.

Respecto a estos reintegros y gastos, la madre de Nadia aseguró desconocerlos y fiarse al pie de la letra de las explicaciones ofrecidas por su marido. No obstante, la aparente consistencia de sus respuestas, “se desvaneció” a lo largo del interrogatorio. Manifestó que en ningún momento se preocupó porque su hija viajara a un país en guerra (Afganistán) ya que desconocía la situación de aquel país. O que su hija dispusiera de pasaporte para viajar. Que en ningún momento le pareció sospechoso que después de pasar quince días en hospitales de Houston, volvieran sin papeles médicos.

Tampoco le pareció sospechoso, que no recetaran a su hija medicina alguna, o que después de someterse a operaciones no tuviera ninguna cicatriz o señal de haber sido intervenida. A su vez, la investigada, aseguró que no acompañaba a su marido e hija a los tratamientos, ya que no soportaba ver a su hija recibiendo los mismos. No obstante, reconoció haber estado este septiembre en Palma de Mallorca en el hospital.

“Es decir, no acompañaba a los tratamientos ficticios por no ver sufrir a su hija, pero si a los tratamientos en hospitales reales, a pesar de que se le practicaran tratamientos igual de dolorosos. Este instructor considera que la investigada manifestó que no acudía a los tratamientos ficticios, precisamente porque no existían, y con ello, conseguía una respuesta exculpatoria”, insiste.

La niña, "víctima" de sus padres

En otro de los autos en el que el juez ordena suspender cautelarmente la patria potestad de los padres, se explica que no es lo más recomendable dejar a la niña al cuidado de su madre, dado que “parece que ésta carece de las aptitudes necesarias para el cuidado de la menor”. Además, dado la exposición mediática a la que se ha visto sometida la familia tras el escándalo, el instructor considera “urgente” la salida de la pequeña del ámbito en el que se encuentra.

La menor podría ser la víctima de sus padres al haber podido sufrir lesiones psíquicas (e incluso físicas si no recibió el tratamiento pertinente). “Por todo ello, procede acordar la medida solicitada por el Ministerio Fiscal suspendiendo la patria potestad” de los padres respecto de Nadia. El juez acuerda un régimen de visitas en favor de la investigada, de fines de semana, sin pernocta y en presencia del custodio de la menor.

El magistrado hace constar que la tía materna de Nadia se encontraría en disposición de hacerse cargo de ella, “entendiendo este instructor que la familia extensa, puede resultar más beneficiosa para hacerse cargo de la menor”.