Ignacio Echeverría murió el sábado tres de junio en el puente de Londres. Iba con su monopatín -su gran pasión- y unos amigos, disfrutando de la noche. De repente Londres se paralizó e Ignacio vio cómo los tres terroristas que sembraron el terror en London Bridge agredían en ese momento a una chica. Ignacio no se lo pensó dos veces y fue directo a socorrerla. Acto seguido, le dieron una puñalada en la espalda y murió. Este fue el último acto heroico de Echeverría.
Una semana más tarde el cuerpo del ahora conocido como el héroe del monopatín llegó a la base aérea de Torrejón de Ardoz en Madrid. Fue recibido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien quiso estar presente para recibirlo "como merece". Destacó la valiente actitud del joven frente a los terroristas y afirmó que "su ejemplo y memoria permanecerán siempre". Además, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, también estuvo en la base aérea para recibir el cuerpo y trasladar su apoyo a los padres del fallecido. Rajoy le dio a la madre de Echeverría la Medalla del Mérito Civil que el Consejo de Ministros ha concedido a su hijo por su valor al encararse con los yihadistas.
El féretro ha llegado con una bandera de España, la cual ha arropado al ataúd durante todo el sábado por la tarde, momento en que se realizó un velatorio íntimo en el tanatorio de Las Rozas (Madrid), la localidad donde la familia Echeverría Miralles de Imperial vivía desde que se trasladaron desde Galicia, cuando Ignacio tenía once años.
"Un gran ciudadano español"
La bandera que cubre su féretro no es casualidad. Él era, según afirma a EL ESPAÑOL una persona muy cercana a Ignacio en los últimos años, "un gran ciudadano español". Lo dice en la tarde del sábado, momentos antes de reunirse con los parientes de Ignacio en el tanatorio para rendir con el máximo honor al amigo perdido: "Hay mucha seguridad, pero ellos están muy enteros. Son una gran familia y están profundamente agradecidos; eso ayuda". Ignacio era, igualmente, una persona "muy religiosa", vivía intensamente la fe y acudía cada semana a la la iglesia.
Los padres, los hermanos los abuelos y los sobrinos de Ignacio han preferido que el velatorio del sábado por la tarde fuese algo más "íntimo", pero el entierro del domingo -se hará en el cementerio de la localidad madrileña- se espera que sea multitudinario. "Irá muchísima gente", confirma a este periódico otra amiga de la familia. "Sólo de Tenerife irán 45 personas, pero habrá gente de Cantabria, Barcelona, Sevilla... y de Madrid, mucha. La familia se pondrá muy contenta. Somos sus amigos, es lo que tenemos que hacer". Además, la familia tiene previsto celebrar un funeral el lunes a la una de la tarde.
No sólo el círculo de amistades de Ignacio y su familia han querido mostrar su apoyo, gran parte de la sociedad civil ha querido alabar la gesta del joven. Desde que se conoció su muerte los mensajes en redes sociales no han cesado y varios ilustradores han querido homenajearle. La frase "no todos los héroes llevan capa" ha servido como leivmotiv para honrarle. También el mundo del deporte ha querido unirse, el capitán del Sevilla Fútbol Club saltó al campo para jugar contra el Atlético con un monopatín en el brazo a modo de recordatorio.
"Cheve ha salvado a más gente que a esta chica"
Echeverría se ha convertido prácticamente en un héroe nacional por lo simbólico de su gesto. Por el hecho de abandonar el instinto más humano -la búsqueda de la supervivencia- a cambio de salvar a otra persona de la muerte. Esa actitud, el momento de lanzarse con su monopatín hacia los yihadistas, "representa algo que ya no existe: la ayuda a los demás", señalaba un vecino de As Pontes (Galicia) en un homenaje al joven. La biografía de este aficionado al skate de 39 años es la de un hombre "noble", que "defendía las cosas en las que creía", "muy inteligente" y "que siempre ayudaba a todos", recuerdan sus amigos en conversación con este periódico. Como decíamos al principio, no fue la primera vez que Ignacio protagonizó un acto de esas características, si bien as consecuencias no fueron de ese calibre.
Para ilustrar la actitud de Echeverría, uno de sus amigos más cercanos escribió este sábado: "No fueron pocas las ocasiones en las que usó su patín para proteger a una chica en apuros, enfrentarse a un abusón para solucionar una situación injusta o lanzarse al mar para salvar a otros. Sí, Cheve [así lo llamaban sus amigos más íntimos] ha salvado a más gente que a esa chica, y lo hizo como el sábado, sin pensar y arriesgando su vida. Con más miedo que nadie, pero a la vez con muchísima más motivación que cualquiera. Eso es lo que le hace tan especial y le da mucho más valor a lo que hizo tantas veces a lo largo de su vida. Si por algún casual ese matrimonio de gorditos que se quedaron atrapados en la playa de Oyambre (Cantabria), por la corriente del arroyo, leen esto, que sepan que el héroe que murió el sábado era el mismo que les salvó la vida hace 21 años".
También en Londres, muchos lamentan a estas horas la muerte de Ignacio. EL ESPAÑOL ha hablado con una de sus compañeras de HSBC, el último lugar donde trabajó, en Londres y ha querido destacar a Echeverría como un hombre "valiente, instintivo y amoroso. Hemos perdido un gran trabajador, pero sobre todo un gran amigo".
Echeverría, abogado de formación, trabajaba en la entidad bancaria como "analista de prevención de blanqueo de capitales que elabora modelos de prevención del crimen financiero", como reza su perfil de Linkedin, pero además estaba especializado en estas actividades en países árabes. De este modo, su compañera ha querido recordar que no sólo era su carácter afable y su empatía lo que le definían, si no su honda preocupación por combatir la injusticia: "Si lo pensamos bien, Ignacio tenía una pequeña pero gran responsabilidad en la prevención de la financiación del terrorismo".
Ignacio Echeverría se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el terrorismo, contra el egoísmo, pero también en símbolo de los valores democráticos porque "ellos nos aterrorizan matando, nosotros viviendo". Como hizo Ignacio Echeverría.