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Sociedad

'Testigos del cambio’: empleo para recuperarse de la violencia de género

Clece organizó una jornada en la que expertos de ámbitos de la administración, de las organizaciones sociales, las fuerzas y cuerpos de seguridad, la justicia, los medios de comunicación y la empresa aportaron claves en la lucha contra la violencia de género.

24 noviembre, 2018 23:20

“Cuando se sale de casa, se conoce gente y se hacen vínculos, se consigue una red de apoyo mejor. El trabajo permite desconectar del ámbito personal y descubrir nuevas motivaciones. El empleo se convierte en un mecanismo para prevenir una nueva situación de violencia”, afirmó Daniela Macías, delegada social de Clece. La empresa, filial de ACS, que tiene en su plantilla a 240 mujeres víctimas de violencia de género organizó hace unos días, en Madrid, Testigos del cambio, un encuentro de expertos en la materia.

Macías se refirió al miedo común de que el maltratador se presente en el centro de trabajo o a prejuicios de que se trata de mujeres frágiles y débiles, o que se pueden generar situaciones de favoritismo o agravios comparativos en el entorno laboral hacia estas personas.

“No hacemos un favor a las mujeres cuando las contratamos. Necesitamos trabajadores competentes y en igualdad de oportunidades. Si es buena y está preparada para el puesto tendrá una oportunidad en Clece”, afirmó Macías.

Daniela Macias durante la Jornada Testigos del Cambio.

Daniela Macias durante la Jornada Testigos del Cambio.

Además del ámbito laboral, la jornada abordó la problemática de la violencia de género desde los ángulos de la administración, las entidades sociales, las fuerzas y cuerpos de seguridad, la justicia o los medios de comunicación.

Protocolos de actuación y denuncias

En esta visión poliédrica, el encuentro contó con miembros de la policía para hablar de los protocolos de atención a las mujeres y del funcionamiento del Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, conocido como sistema VioGén. Beatriz Naveira Sanjurjo y Laura Madruga del Ganso, miembros de la Unidad Central de Familia y Mujer de la Policía Nacional (UCFAM), señalaron que uno de los obstáculos principales es el estado de aturdimiento y confusión en el que se encuentran las mujeres al realizar la denuncia.

Resaltaron la importancia de que los agentes cuenten con una formación y especialización en violencia de género que les permita actuar ante este problema de gran complejidad.

Imagen de las agentes de la UCFAM durante la jornada.

Imagen de las agentes de la UCFAM durante la jornada.

“Muchas veces tienen que volver al domicilio. Muchas no tienen trabajo, dependen económicamente del agresor, que suele utilizar la violencia económica. Muchas otras no llegan por sí mismas, sino porque ha habido un testigo, un vecino o alguien en la calle. Están tan encerradas y coaccionadas que no pueden salir. Con frecuencia, es en el momento en que ven peligrar la integridad de sus hijos cuando se deciden a actuar”, explicaron.

Sólo un 2% de las denuncias el año pasado llegaron por parte de familiares o amigos, según Amparo Echávarri Rodríguez, vocal de la subcomisión de la Violencia de Género de la Abogacía General del Estado.  

“La sociedad sigue mirando para otro lado. Las que llaman al 016 son las víctimas. Ni familiares, ni amigos”, afirmó, además de resaltar que la denuncia se convierte en un acto de heroicidad. También recordó la importancia de que las víctimas cuenten con la asistencia presencial de un abogado especializado las 24 horas del día.

Redes sociales y tecnologías, elementos de control

Otro de los obstáculos a los que se enfrentan las víctimas tiene que ver con las nuevas tecnologías, utilizadas como elemento de control y amedrentamiento por los agresores.

“No hay conciencia de todo lo que se comparte en redes. Damos datos personales exponemos la intimidad de manera innecesaria, pero es como funciona ahora la sociedad. Los jóvenes se exponen más”, explicó Daniel Moreno Gómez, alférez de la Guardia Civil y miembro de la Unidad Técnica de Policía Judicial, que recordó la importancia de no minimizar insultos y agresiones ‘online’, pues pueden con facilidad trasladarse al abuso físico.

Daniel Moreno durante su intervención.

Daniel Moreno durante su intervención.

Aunque las soluciones limiten la libertad de la víctima, recomienda crear nuevos perfiles, utilizar un ordenador seguro, no colgar fotos, no etiquetar y no dejarse etiquetar, además de tener más de una cuenta de correo y cambiar las contraseñas si previamente se han compartido con la expareja.

Avances en un largo camino por recorrer

El asesinato de Ana Orantes hace 20 años transformó la visión sobre la violencia machista en España, afirmaba María Jesús Ordoñez al hablar de los avances conseguidos en los últimos años.

“Con ayuda de las organizaciones sociales, asociaciones de mujeres, medios de comunicación y empresas hemos dado un cambio positivo” afirmó la anterior Delegada del Gobierno para la Violencia de Género.

Entre otros avances destacó el Pacto de Estado aprobado en septiembre de 2017 por el consenso que demostró entre las distintas fuerzas políticas para adoptar las medidas necesarias de protección a las víctimas.

Informar y sensibilizar

La movilización social protagonizó la lucha contra la violencia machista en España en este último año, como quedó de manifiesto en las calles el Día Internacional de la Mujer. Así lo sostuvo la periodista Marta Pastor en la ponencia que cerró el encuentro.

Marta Pastor durante su intervención.

Marta Pastor durante su intervención.

“En 2017 las mujeres entramos en una dinámica de profundo cansancio. Se vive un hartazgo máximo, pero la feminista ya no está sola, sale al mundo a través de Twitter. Empiezan movimientos tan importantes como #metoo y en Hollywood se organiza algo impensable”, afirmaba la directora del programa de Radio5 Ellas Pueden.

Hizo referencia a la denuncia de situaciones de acoso en España por medio de #lacajadepandora o al movimiento #niunamenos.

“Granito a granito va eclosionando hasta que algunos hombres dicen que también son feministas. Algo impensable hace solo cinco años. Es un paso más porque el problema no lo tienen las mujeres, lo tienen ellos”, concluyó la periodista.