Una empleada de un comedor escolar en el instituto de Mascoma Valley Regional en Cannan, situado al norte de Estados Unidos, más concretamente en Nuevo Hampshire, ha sido despedida por servirle, de forma gratuita, un menú a un estudiante. La comida tenía el precio de ocho doláres, unos 7,16 euros, y el menor no tenía dinero suficiente para pagarlo.
Bonnie Kimball, la trabajadora, llevaba en el centro aproximadamente cinco años, aunque el pasado marzo sus jefes decidieron expirarle el contrato de la empresa de catering. Según informa la empresa local, Bonnie se encargaba de cobrar la comida a los estudiantes, donde cada día pasan hasta 326 menores. Para ella, la escuela era "su familia" y allí escuchaba los problemas de los estudiantes y les ayudaba en todo lo posible. "Ni siquiera lo llamábamos trabajo", explica.
Este incidente ha generado un gran molestar entre sus compañeros, que no entienden la decisión de la empresa de catering. De igual manera, Bonnie se encontraba desconcertada, ya que le acusan de haber robado. Muchos de sus compañeros han dejado de trabajar a modo de protesta ante esta situación tan injusta.
Además, el sindicato New Hampshire Union Leader se ha pronunciado al respecto, a través de un mensaje de Twitter, donde defendían la actuación de Kimball. "Permitió al chico comer antes que dejarlo con hambre. Pensó que hacía lo correcto y los padres pagaron después", afirman.