Ocho años manteniendo un engaño de forma continuada. Y nadie se enteró hasta ahora. Una ourensana y su marido están acusados de pasar ocho años cobrando la pensión de su tío fallecido.
Mantuvieron el engaño sin problema. El anciano falleció en la localidad gallega de Ourense en el año 2005. Su sobrina, cuyas iniciales responden a N. V. P., había cuidado de él en las últimas semanas de su vida. Cuando el hombre murió, por razones que todavía se desconocen, la mujer decidió guardar silencio y no poner en conocimiento de las autoridades el fallecimiento de su familiar. Nadie supo qué había sido de él. A efectos legales, seguía siendo una persona con vida.
Ni el banco ni la Seguridad Social se percataron de que aquel señor ya estaba muerto. De ese modo su pensión continuó llegando con normalidad a su cuenta bancaria. Un flujo puntual y sostenido según el cual, durante ocho años, el dinero siguió entrando en la casa de aquel hombre, y pasando automáticamente a los bolsillos de su sobrina y de su marido.
Mucho les duró la alegría. Según relata La Voz de Galicia, ocho años después del fallecimiento de aquel anciano, alguien se enteró de lo que estaba pasando, y cantó. La ahora acusada fue detenida con su pareja. Había logrado embolsarse 127.136 euros.
Delitto contra la Hacienda Pública
Días después se les tomó declaración a ambos en sede judicial. Hace unas semanas, el Juzgado de Instrucción 1 de Ourense dictó el auto de apertura de juicio oral contra los dos presuntos urdidores del engaño. El juez considera que existen claros indicios -y no solo indicios, también evidencias- de un delito contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social.
Ambos podrían ser condenados a penas de prisión. Según se ha podido saber, la sobrina del fallecido reconoció en sede judicial que había participado de los hechos. Pero exculpó a su marido, cuyas iniciales son C. D. B., dejándole al margen de todo.
Según dijo, su marido no tenía idea alguna de ese plan para seguir cobrando la pensión del pariente una vez este había muerto. Al titular del juzgado de instrucción no le parece creíble la versión porque ambos vivían juntos, se movían juntos, se cogían las vacaciones juntos, y hacían todos los trámites en común.
Dice el juez: "Resulta muy extraño que un marido no sea conocedor de que a lo largo de ocho años su esposa está cobrando de forma indebida una pensión de jubilación".