Peter Wilson, un irlandés de 33 años "trabajador, amigo de sus amigos, querido por los suyos, además de un hombre tranquilo y muy normal, padre intachable de dos hijas que adoraba" desapareció sin dejar rastro hace 17 semanas. Al joven se le perdió la pista la noche del 23 al 24 de marzo en el sur de Tenerife. Sus padres, Peter y Jackie, están desde el pasado miércoles en la isla para impulsar su búsqueda y no se olvide su caso.
El caso sigue abierto tanto para la policía española como para la irlandesa, pero no hay avances. Ni una sola pista. Además, se han tomado una serie de medidas nuevas: "Hemos cambiado el cartel de búsqueda añadiendo algunos tatuajes característicos de Peter y la familia ha logrado la autorización policial para mostrar la imagen de esa noche captada por las cámaras de seguridad del hotel. Es muy importante darle un nuevo impulso a la concienciación para la búsqueda que incluso se traduce en lo más gráfico. Casi una nueva alerta".
Como publica El Día, su rastro se perdió en la noche sureña de fin de semana cuando se dirigía a pie hacia una conocida zona de ocio de Playa de Las Américas. Sus padres descartan rotundamente la desaparición voluntaria. Sobre todo porque "amaba a sus hijas, eran todo para él". Sofía y Darcy, de 6 y 3 años. Incluso comentan que "le había dicho a un amigo que le iba a costar separarse de ellas los días del viaje a Tenerife".
Este trabajador de una fábrica, que acababa de comprarse un coche, visitaba la isla por primera vez, lleno de ilusión "y con un objetivo; disfrutar del parque acuático Aqualand". Lo hizo acompañado de un amigo. Llegó el viernes 22 de marzo con la idea de pasar una semana de vacaciones y se alojó en un hotel de Costa Adeje. El sábado los dos irlandeses salieron de fiesta tras dejar su equipaje en el hotel. Sobre las once de la noche en el entorno de un pub, The Dubliner, se pierde la pista de Peter. Su amigo decidió volver al hotel y él prefirió quedarse.
Para el próximo mes de septiembre han preparado con esa intención una campaña de búsqueda "por tierra y por aire con la ayuda de algún dron". Por eso hacen un llamamiento a la "sociedad de esta isla maravillosa en la que hemos encontrado tanta buena gente. Ayúdennos a encontrar a nuestro hijo". Es el grito desesperado de unos padres.