Lo que podía ser uno de los momentos más felices de su vida para esta pareja, acabó convirtiéndose en la peor de sus pesadillas.
Los dos novios se habían ido de escapada romántica a un hotel paradisíaco en Tanzania (África). El lugar era especial, pues el alojamiento tenía habitaciones bajo el agua, sumergidas a cuatro metros de profundidad. Así que en un alarde de originalidad, él nado hasta el fondo, y desde el otro lado del cristal saco una nota improvisada.
"No puedo contener más la respiración para decirte todo lo que te quiero. Te quiero cada día más", podía leer la novia desde el otro lado de la habitación, mientras grita "¡Oh, qué bonito!". Después, el hombre le daba la vuelta al folio y le pide que se case con él portando un anillo en la mano.
Acto seguido, el novio le dice que sube a la superficie, pero habían pasado 27 segundos. Intentó subir rápidamente, pero no pudo llegar. Solo llevaba unas gafas de piscina y aletas en una de las habitaciones, que estaba a cuatro metros.
Murió ahogado. Y ella nunca pudo decirle el "sí, quiero". En su facebook, hay decenas de mensajes de condolencias en los que se repite que sí, que ella quería casarse, aunque el novio nunca pudo escuchar su respuesta.