Ali Meyer, periodista de la cadena KFOR de Oklahoma, acudió a un hospital con el objetivo de realizar un reportaje para concienciar a todo el mundo sobre el cáncer de mama. Pero lo que empezó siendo un trabajo, terminó por convertirse en uno de los capítulos más duros para esta estadounidense.
Y es que para el reportaje televisado, la periodista se sometió a una mamografía, en principio solo para concienciar a los espectadores a que fueran a los hospitales a hacerse chequeos rutinarios.
Si bien, tras hacersela, a Ali le comunicaron que tenía un carcinoma ductal in situ, no invasivo, en su seno derecho y tenia que ser operada cuando antes.
"Me devastó"
"No era un motivo de preocupación para mí, no tenía bultos ni antecedentes familiares; no había ninguna razón para pensar que mi mamografía cambiase de ese modo mi vida", aseguró en Instagram la reportera.
A pesar del duro golpe que supuso para la reportera, los médicos le comunicaron que se había detectado a tiempo. Aunque varios cirujanos le recomendaron un mastectomía para extirpar el seno derecho y asegurarse de que el cáncer no volviera aparecer. Una decisión que le costó mucho tomar y que tras aceptar, la "devastó".
"Aunque la cirugía fue mi elección, sentí que fue como una mutilación forzada", explicaba Meyer. "Sentí como si el cáncer me estuviera robando parte de mi cuerpo". No obstante, ahora, un año después del disgusto, se ha vuelto a hacer una mamografía y le han anunciado que había señales del cáncer.
Por fortuna, un año después del disgusto, volvió a hacerse una mamografía y le anunciaron que no había señales de cáncer.