Cada 25 de noviembre desde 1993 se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. España es un país comprometido con esta lucha y, a pesar de ello, la cifra de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas este año supera el medio centenar, de las que solo el 22% había presentado una denuncia previa.
Continúan siendo imprescindibles las medidas de protección y campañas de sensibilización contra la violencia de género, así que, como actuación extraordinaria, el Gobierno de España aprobó en 2017 el Pacto de Estado contra la violencia de género. Se trata de un acuerdo a través del cual las instituciones estatales, autonómicas y locales se comprometen a erradicar la violencia sobre las mujeres.
Melilla es la ciudad española con la tasa más alta de víctimas mortales por violencia de género, aunque en el último año ha registrado un descenso del 16,2% en el índice de mujeres maltratadas. Seguir reduciendo el número de víctimas es el objetivo del Pacto de Estado y por ello la ciudad autónoma ha iniciado este verano tres líneas de trabajo de la mano de Clece, filial de ACS.
Servicio de coeducación social integral
Este servicio consta de tres programas, a través de los cuales se realiza trabajo de calle y labores de coeducación con las familias para prevenir y proteger a las víctimas de violencia.
El primero es el Punto Violeta, que lleva funcionando desde agosto, coincidiendo con las fiestas patronales de Melilla. Se trata de un punto de información itinerante que se mueve por distintas zonas de la ciudad y donde la gente “se informa, preguntan qué diferencia hay entre violencia de género y violencia doméstica y aclaran conceptos”. Está abierto a toda la población, aunque el foco principal es la juventud. Ana Joaquina Martínez, coordinadora de los servicios de Clece pertenecientes al Pacto de Estado, revela que este espacio “está alcanzando las cifras que esperábamos. Está atendiendo a un 65% de mujeres y un 35% de hombres entre los 26 y 35 años”.
También se ha creado un equipo de apoyo para la Viceconsejería de Cultura, Relaciones Interculturales e Igualdad de Melilla “formado por un psicólogo, un intérprete, un auxiliar administrativo y un integrador social”, que actúan como refuerzo de personal para la elaboración de los planes de igualdad de la ciudad autónoma.
Por último, se ha puesto en marcha un proyecto denominado ‘escuela de familia’, que se lleva a cabo en cinco centros educativos de la ciudad para “apoyar a padres, madres y menores a través de la alfabetización y talleres coeducativos”, explica Martínez.
Servicio de coeducación social
Clece presta personal de apoyo a 26 centros educativos de la ciudad para “reforzar la línea de formación de los responsables de igualdad con talleres, atención y campañas de sensibilización para prevenir la violencia y ayudar a los menores”, afirma Martínez.
Servicio de proximidad y conciliación
A través del servicio de proximidad se presta atención a los hijos menores procedentes de hogares en los que haya habido violencia de género, sobre todo para ayudar a las madres en el ámbito de la conciliación laboral. Clece, como empresa social, siempre ha trabajado por la inclusión de las mujeres y otros colectivos vulnerables, porque “se ha dado cuenta de que una mujer víctima de violencia de género tiene que incluirse en el mercado laboral para empoderarse y Clece, como empresa privada, puede proporcionar empleo”. De hecho, en Melilla ya ha incluido en su plantilla a dos mujeres víctimas de violencia de género.
El servicio de conciliación se presenta fundamental, ya que estas mujeres “por lo general no tienen apoyo familiar”. Así, este y el resto de programas que la compañía está llevando a cabo en la ciudad permiten “incluir a la mujer en el mercado laboral, pero también apoyarla en el cuidado de la familia y trabajar con los menores”, cuenta Martínez.
Una semana para la concienciación
Desde el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Melilla se volcó en una semana cargada de actos para la sensibilización y prevención de la violencia. Clece, como empresa que gestiona los servicios del Pacto de Estado en la ciudad, también fue partícipe de varios de los actos que tuvieron lugar en esos días.
Dieron comienzo con la V Marcha Contra la Violencia de Género el domingo 24 en el Parque Forestal, bajo el lema Lo que hago importa. Una consigna que “apela a la conciencia individual y a la toma de poder de cada persona”, interpreta Elena Treviño, viceconsejera de Cultura, Relaciones Interculturales e Igualdad de Melilla. Como novedad este año han participado las mujeres del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) y, al igual que en otras ediciones, “ha sido una marcha bastante secundada. En torno a 250 personas”.
Durante la marcha, en el Punto Violeta se entregaron camisetas conmemorativas y se realizó un homenaje a las víctimas. Se recordó el nombre de cada una de las 51 mujeres asesinadas en 2019 y se procedió a la liberación de globos morados.
En los días posteriores a la marcha tuvieron lugar unas jornadas sobre igualdad y violencia de género en las que participaron “hombres y mujeres del ámbito de la educación, el deporte, las artes, la policía y los medios de comunicación”, relata Treviño. Una de ellas fue organizada por Clece junto a la Viceconsejería de Cultura, Relaciones Interculturales e Igualdad de Melilla y el Club Melilla Baloncesto.
También se han llevado a cabo dos intervenciones de calle: la pintada de cuatro contenedores de color violeta con el lema “Contra la Violencia de Género lo que hago importa” como una forma de "lanzar la violencia a la basura" comenta la viceconsejera; y la serigrafía de 50 pasos de cebra en 8 distritos de la ciudad con varias frases propuestas por los propios ciudadanos como “Nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo” o “Pisa fuerte contra la violencia”.
Pese a la multitud de campañas y actos para la concienciación, toda labor es poca. En Melilla el índice de denuncias y de víctimas mortales “es bastante alto, porque tenemos una situación de frontera y de multiculturalidad, así que el tratamiento de esta violencia también tiene matices distintos. Por la idiosincrasia de cada cultura, la prevención, la sensibilización y la propia educación tienen que ser distintas”, concluye Treviño. Una particularidad que en Clece han entendido a la perfección para seguir contribuyendo a la lucha contra la violencia de género en Melilla.