James Potok, un hombre canadiense de 28 años, subió en el avión 2702 de WestJet con el fin de viajar desde Toronto hasta Jamaica. Y pensó que era un buen lugar para grabar un vídeo viral que trascendería fronteras. Por ello, se puso en pie y les dijo a los demás pasajeros: "¿Me pueden prestar un poco de atención? Acabo de regresar de la provincia de Wuhan (China)". Esto generó en el resto de personas una gran preocupación porque Potok afirmó falsamente haber contraído el coronavirus.
Pero la tripulación, lejos de tomarse las palabras de Potok como una broma, decidió dar media vuelta y volver a Canadá "por precaución". Consideraban la situación peligrosa y activaron todos los protocolos existentes para este tipo de casos. De ahí que nada más aterrizar, la policía y un grupo médico evaluaron al joven certificando que en realidad no tenía ningún tipo de síntoma.
Tiffany Richards, una pasajera que viajaba en este avión con su madre, declaró ante el medio canadiense Global News lo que dijo Potok exactamente: "Dijo que necesitaba la atención de todos. Acto seguido aseguró que acababa de regresar de Wuhan, una de las ciudades capitales de China, epicentro para el coronavirus".
"Me siento muy, muy enfermo en este momento. Creo que podría estar infectado. Necesito que todos se mantengan alejados de mí, por favor, no se acerquen. Lo repitió un par de veces y se volvió a sentar", continúa esta pasajera, una de las 243 personas afectadas por una broma que se le fue de las manos a Potok.
En este sentido, el hombre canadiense reconoció tras el incidente que la broma había sido "de mal gusto". Y explicó al medio de Canadá por qué lo había hecho: "Bueno, tenía mi cámara conmigo. Estaba buscando un vídeo viral. Estaba buscando subirlo a todas las plataformas de redes sociales. Soy artista y cualquier publicidad para mí es buena".
Pese a todo, tras ver el revuelo que había causado, Potok ha pedido disculpas por lo que había hecho. "Arruiné a las personas en el viaje del avión, así que me disculpo", decía a Global News.
Su acción, no obstante, no quedará impune. El artista canadiense se sentará en el banquillo de los acusados de este país el próximo 9 de marzo por un delito comparable al de desorden público en España.