El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha sido elegido este martes vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en sustitución del cardenal Antonio Cañizares.
Osoro (Castañeda, Cantabria, 1945) es un hombre muy próximo al papa Francisco, al igual que el recién elegido presidente de la CEE, el cardenal Juan José Omella, y ostentó la vicepresidencia de esta institución durante un trienio, hasta 2017.
Responsable desde 2016 del ordinariato para los católicos orientales residentes en España, su nombre sonó en 2017 como un posible mediador entre el gobierno de Mariano Rajoy y el de la Generalitat de Cataluña, lo que el prelado negó.
Estudió Magisterio en la Escuela Normal de Santander y en octubre de 1965 ingresó en el seminario para las vocaciones tardías en el 'Colegio Mayor El Salvador' de Salamanca. En esta ciudad realizó estudios eclesiásticos y el 29 de julio de 1973 fue ordenado sacerdote en la parroquia de la Bien Aparecida de Santander.
Su primer destino pastoral fue a la parroquia de la Asunción de Torrelavega (Cantabria).
Fue profesor de instituto y de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de la Universidad de Cantabria, y en 1976 nombrado secretario general de Pastoral de la Diócesis, delegado de Apostolado Seglar, delegado Episcopal de Seminarios y Pastoral Vocacional y vicario General de Pastoral.
Vicario general de la Diócesis (1976-1994), en 1993 fue nombrado canónigo de la catedral de Santander y en 1994 presidente del Cabildo Catedralicio.
Ejerció la docencia como profesor de Pastoral y Sacramentos en el Seminario de Santander, del que fue rector.
El 27 de diciembre de 1996 Juan Pablo II le nombró obispo de la diócesis de Orense, en sustitución de José Diéguez Reboredo, sede en la que permaneció hasta que el 7 de enero de 2002 fue nombrado arzobispo de la archidiócesis de Oviedo.
En 2006 asumió el cargo de administrador apostólico de Santander al quedar vacante la sede, tras el traslado a Huelva del titular, José Vilaplana. Osoro desempeñó ese puesto hasta 2007.
Tras siete años al frente de esa sede, el 8 de enero de 2009 fue nombrado, por Benedicto XVI, arzobispo de Valencia en sustitución de Agustín García-Gasco, quien presentó la renuncia por razones de edad.
Poco después, el 29 de junio de 2009, el papa le impuso el Palio, como símbolo de comunión con el obispo de Roma.
En 2014 el papa Francisco le nombró obispo metropolitano de Madrid, tras aceptar la renuncia de Antonio María Rouco Varela al superar los 75 años, preceptivos en el Derecho Canónico.
Formó parte del XIV sínodo de los obispos para la Familia, en octubre de 2015 y un año después, el 19 de noviembre de 2016, fue creado cardenal, título del que tomó posesión de la iglesia romana de Santa María el 25 de febrero de 2017.