Sin saber a ciencia cierta por qué, el papel higiénico se ha convertido en el producto estrella de la crisis del Covid-19. Fue el primero que desapareció de los estantes de los supermercados, cuando el Gobierno tomó la primera medida contra el virus: suspender las clases en todos los niveles educativos. Horas, minutos e incluso segundos después, las imágenes y vídeos de clientes llenando compulsivamente los carros de la compra se multiplicaban en las redes sociales. Y si algo destacaba entre esas instantáneas, eran los paquetes abultados de papel higiénico.
Desde el otro lado del teléfono o la televisión, muchos se hacían la misma pregunta, ¿por qué esa euforia consumista con el papel? La razón, según algunos expertos, estaba en la higiene para no transmitir el virus. Tras lavarse con agua las manos, lo mejor era secarlas con papel y no con una toalla. Otros dijeron, en cambio, que los rollos de papel eran para hacer mascarillas artesanales, ante su escasez en los comercios. Y la gran mayoría, entre tanto, apuntó que ante la incertidumbre, la sociedad había decidido prepararse y con ello había comprado de manera exagerada productos básicos como si del fin de mundo se tratara.
Fuera como fuere, lo cierto es que las imágenes de estantes vacíos se han seguido repitiendo a lo largo de los días, aunque nunca ha dejado de reponerse el papel en los supermercados. Y es que si hay algo seguro es que en España hay rollos de papel higiénico para todos. Y gran parte de la culpa, nótese la ironía, es del gigante español del papel tisú Goma Camps.
Esta empresa familiar catalana, con sedes repartidas en varios puntos del país, tiene a sus espaldas más de 260 años de historia en la fabricación de papel. Y en estas últimas semanas ha funcionado a pleno rendimiento para satisfacer las altas demandas de todos sus clientes, entre ellos, algunos de los supermercados más conocidos del país y fuera de él, además de aeropuertos, estaciones de tren u hospitales. En definitiva, están en todos aquellos lugares donde pueda haber un baño, una cocina, un comedor o allá donde se les necesite para limpiar.
100.000 toneladas al año
Papel higiénico doméstico, higiénico industrial, papel cocina, manteles, secamanos, toallas de manos, celulosa industrial, rollos camilla, multiusos... La lista de productos de los Goma Camps es casi infinita. Tanto casi como su capacidad de producción, en concreto, 95.000 toneladas de papel fabricadas anualmente —en bobinas de papel más grandes— y 100.000 toneladas en productos acabados, es decir, de los que demandan los clientes.
En la actualidad, quien lidera esta empresa papelera es Maties Goma Camps. El director general y la décima generación al frente del negocio u onceava, si se tiene en cuenta que su hija también forma parte del equipo directivo. Desde que su tatatatatarabuelo, Francesc Camps i Camps, en 1758 iniciase la fabricación de papel para documentos oficiales con la construcción de un molino papelero en La Riba (Tarragona).
Podría decirse que el negocio papelero es Goma Camps, o que Goma Camps es el negocio papelero. Muestra de ello es que, seguramente para sorpresa de muchos, este gigante papelero estaba casi preparado hace semanas para la alta demanda de papel higiénico que ha traído consigo la crisis sanitaria del Covid-19 en España. Así lo desgrana la directora de Marketing de la empresa, Olga Rubielos, en una entrevista con EL ESPAÑOL.
— ¿Cómo han vivido el inesperado boom del papel higiénico, estaban preparados?
— Al comercializar un producto de primera necesidad, con lo que estaba sucediendo en China, hace semanas empezamos un trabajo conjunto con nuestros clientes y proveedores para poder dar respuesta a las necesidades que se producirían. Y hemos seguido teniendo contacto a diario con ellos para evaluar y dar respuesta de una manera más ágil a todas las situaciones que se plantean. Siempre, por supuesto, salvaguardando la salud de los empleados, siguiendo todas las medidas recomendadas por las autoridades. Hay planes en toda la cadena de suministro.
Las máquinas de las fábricas papeleras, donde trabajan más de 450 empleados, no han dejado de funcionar ni un solo segundo desde que el coronavirus se instalase entre nuestras fronteras, pero tampoco es que lo hicieran antes. "La fabricación del papel es un proceso continuo, las 24 horas. Y aunque sí hemos incrementado la producción por la alta demanda, siempre había stock de bobinas de papel de los clientes en nuestros almacenes, preparados para enviar cuando lo pidiesen. Vamos, que el papel no se va a acabar nunca, eso es imposible", explica Olga Rubielos. En concreto, la fábrica 2 millones de rollos de papel al día.
¿Cómo se fabrica?
No obstante, aunque esta industria estaba y está más que preparada, la fabricación del papel es un proceso largo. Comprende desde la fabricación de papel en bobinas madre hasta su transformación en converting; es decir, en el producto que desea el cliente, además de los que la propia empresa tiene bajo la marca Mytissue. Para elaborar el papel utilizan cuatro tipos diferentes de celulosa: virgen, nature, reciclada —el 50% de sus productos de papel tisú (higiénico) es reciclado— y azul.
El primer paso es la formación del papel. Se realiza mediante la inyección de la mezcla de agua y fibras sobre una tela plástica y un fieltro, situados alrededor de un rodillo donde se conforma la hoja de papel. Después esta hoja es transportada a las prensas, donde se presiona contra el secador, retirando así gran parte del agua de la hija y transfiriéndola a la superficie del secador.
La hoja se seca gracias a la energía liberada por la condensación del vapor que hay en el interior del secador y al aire caliente soplado a 450 grados por la campana sobre la superficie de papel. Un proceso delicado que se completa con el crepado y el enrollado. Una cuchilla despega la hoja del secador y la enrolla en un cilindro a menor velocidad, creando así el crepado en el papel y dando las características propias del papel tisú. La hija se enrolla formando una bobina de aproximadamente 3 toneladas de peso.
Para llevar a cabo todo el proceso, Goma Camps cuenta con 2 máquinas de fabricación de papel tisú en La Riba (Tarragona) con una capacidad de 60.000 toneladas al año y otra en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), con una cabida de 35.000. Además de una sección de tratamiento de papel reciclado, una depuradora físico-química y biológica de las aguas y una sección de preparación de pasta virgen.
Una vez realizada esta fase, llega el converting, donde se transforma el papel tisú en productos para higiene y mesa a través de un parque de 34 líneas de producción. Entre ellas, tres líneas de celulosa, secamanos y papel higiénico industrial, cuatro de rollos de papel de hogar o 20 de producción de servilletas.
260 años de historia
Esta gran producción diaria, sin embargo, no siempre ha sido lo asiduo entre los Goma Camps. Y es más, también les ha tocado vivir momentos duros, como el incendio fulminante que sufrieron en una de sus plantas en La Riba. Todo empezó con la construcción de un pequeño molino en 1758, concedido al primero de la saga familiar, Francesc Camps i Camps, para fabricar papel a mano, del tipo barba, para documentos oficiales. Fue así durante más de 200 años, y mientras se heredaba el negocio de generación en generación, hasta que en 1950 comienzan a fabricar papel higiénico y Goma Camps se expande a gran rapidez conforme avanzan los años.
A partir de 1986, comienzan a fabricar papel reciclado, tres años después instalan una fábrica de converting. Y en los 90, llega la internacionalización, estableciendo sedes en Francia y Portugal. En 2004 establecen un acuerdo con una empresa alemana para abastecer papel al sur de Europa, pero finalmente 11 años después, adquieren todas las acciones y Goma Camps comienza su carrera orientada hacia el gran consumo. Todo ello, bajo el mando del director general actual, Maties Goma Camps, que más bien podría denominarse tras 260 años de historia familiar como el rey del papel en España.
Aunque, indudablemente, esta crisis sanitaria ha beneficiado al gigante catalán del papel en cuanto a los productos del hogar, lo cierto es que la demanda en bares, restaurantes, hoteles y algunas empresas de estos productos también se ha reducido drásticamente debido al confinamiento obligado para los españoles por la propagación del Covid-19, que se ha cobrado la vida de más de 1000 personas en el país. No obstante, Goma Camps asegura que la industria está más que preparada y a ningún español le faltará papel higiénico. Tampoco a los que se abalanzaron al súper los primeros días del virus, en modo fin del mundo.
— ¿La gente perdió la cabeza con el papel higiénico?
— Bueno, es un producto de higiene utilizado por todos, estamos ante una crisis sanitaria, y es algo difícil de sustituir. Aún así, también es muy voluminoso y es fácil ver estos productos en las cestas de otros compradores. Y en los lineales de los supermercados e hipermercados cuando los ciudadanos van comprándolos se producen “huecos” muy visibles y se puede tener la sensación de que se acaba. Las redes sociales también ayudaron y, al final, está pasando en todos los países.