Así es Antonio, el hombre expulsado de Torrevieja que amenazó con pegar el coronavirus a sus vecinos
"He venido de Madrid a Torrevieja a putearos a todos los de Torrevieja", reconocía el hombre, desde su sofá, presunto autor de un delito de odio.
16 abril, 2020 11:32Noticias relacionadas
Antonio se ha anotado el dudoso honor de protagonizar un auto judicial sin precedentes en España desde que arrancó el estado de alarma. Hasta ahora los juzgados de todo el país han castigado a las personas que se han saltado reiteradamente el confinamiento domiciliario con penas de cárcel, sin embargo, este hombre se dedicó a sembrar el pánico con un vídeo donde se hacía pasar por un enfermo de coronavirus y ha obtenido un respuesta judicial a la altura de su insólita conducta: el Juzgado de Instrucción número 1 de Torrevieja le ha desterrado de esta ciudad de la costa alicantina.
La medida se ha adoptado después de que Antonio fuese detenido el Jueves Santo por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de odio. Todo ello tras haber tenido la ‘feliz idea’ de difundir un vídeo en el que ataviado con un chándal, gafas de sol y gorra, aparecía cómodamente sentado en el salón de su piso de la ciudad torrevejense para anunciar su supuesta intención de propagar el Covid-19 entre toda la población: “Hola, buenos días, quería comentaros que yo he venido de Madrid a Torrevieja a putearos a todos los de Torrevieja. He venido a contagiaros el virus”.
Para generar más alarma social dio a entender que siendo positivo por coronavirus había ido a una superficie comercial a realizar unas compras: “Estuve ayer en el supermercado, al lado de la estación de autobuses, y con todos los que vinimos de Madrid, lo menos 4.000 personas, arrasamos con las estanterías para dejaros sin alimentación: ¡A ver si os morís de hambre todos los de Torrevieja! ¡Os vamos a contagiar el virus para que os den por culo! ¡Estamos hasta los cojones de todos los de Torrevieja! ¡Ala, a tomar por culo todos los de Torrevieja! ¡Que os den por culo que soy de Madrid!”.
La Fiscalía no quiso cárcel
Con semejante guion el vídeo se viralizó en un santiamén en Facebook. Ese mismo Jueves Santo, la Guardia Civil localizó el inmueble donde residía Antonio gracias a la colaboración vecinal: se trataba de un piso del Edificio Santa Gema al que solía acudir a veranear para disfrutar del ambiente costero de Torrevieja. El bloque se levanta en las inmediaciones de las dependencias de la Benemérita y su paseíllo custodiado por unos agentes tras su detención fue inmortalizado por algunos vecinos. “Muy bien, listo: ¿Ahora qué?”, tal y como murmura un testigo en uno de los vídeos.
En el auto judicial el magistrado subraya la “gravedad” de la conducta de este sexagenario: “Las expresiones proferidas en el referido vídeo viralizado a través de redes sociales, no solo incitan claramente al odio hacia la población de Torrevieja al desearles en reiteradas ocasiones que ‘se jodan’ o que ‘les den por culo’ deseando que se produzca un contagio masivo de la enfermedad”.
El magistrado también pone de manifiesto la disparidad de criterio que mantiene con la Fiscalía respecto a las medidas cautelares a adoptar. El delito de odio conlleva penas de cárcel de hasta cuatro años, lo que permite decretar el ingreso en prisión de Antonio de forma preventiva. Sin embargo, el fiscal se opuso y el juez lo refleja en su auto: “Por parte del Ministerio Público no interesa adopción de medida de prisión provisional, pese a que entiende el instructor que se aprecia riesgo de fuga y la posibilidad de reiterar la conducta dada la accesibilidad a las redes sociales del encartado para continuar llevando a cabo una acción similar a la que es objeto de estas actuaciones”.
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 no tiene más remedio que acordar la libertad con cargos de Antonio B. D., pero establece su destierro de Torrevieja porque sostiene que existe un riesgo para su integridad física por la cantidad de insultos y amenazas que había en las redes sociales contra su persona tras publicar el vídeo en Facebook. “La situación generada por la conducta del investigado en la población, podría suponer que por la población de Torrevieja se tomasen acciones violentas o represalias contra el mismo por el mensaje difundido en redes sociales”, razona el juez.
Por todo ello, establece para Antonio, de 62 años, la prohibición de residir o acudir a Torrevieja mientras se tramitan las diligencias judiciales. De esta forma ha puesto fin al confinamiento domiciliario que estaba realizando en un piso ubicado a unas calles de la Playa del Cura y su bonito paseo marítimo. El auto también impone al investigado la prohibición de salir del territorio nacional y la retirada de su pasaporte durante la instrucción de la causa.
El martes hizo la maleta
Los vecinos del Edificio Santa Gema de Torrevieja aseguran a este diario que Antonio hizo la maleta este martes para abandonar el piso en el que solía veranear y pasar alguna temporada. “Se marchó anoche: vino un coche a por él”, tal y como afirman un par de residentes de ese bloque. En la zona sostienen que probablemente habrá regresado a la capital de España: “La familia está en Madrid”. De hecho, la Guardia Civil corrobora que su domicilio habitual lo tenía en Madrid y que fue en enero de este año, antes de que estallase la pandemia, cuando se mudó a la ciudad alicantina.
El otro destino al que ha podido desplazarse a proseguir el confinamiento domiciliario es Málaga, puesto que en su perfil de Facebook asegura que es natural de la ciudad andaluza. Antonio, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes sanitarias afincadas en la provincia, padecía frecuentes ataques de esquizofrenia. Sin embargo, el auto judicial no menciona que presente ninguna alteración de sus facultades mentales, incluso el magistrado reprueba con dureza la conducta de este hombre por el “absoluto menosprecio mostrado no sólo hacia la población de Torrevieja en sí, sino a las personas enfermas de COVID-19 o familiares, o incluso familiares de fallecidos por el virus letal”.
Tras su detención este sexagenario aseguró que todo era una broma y se mostró arrepentido. Tales excusas no le han servido ni en sede judicial ni entre los torrevejenses porque un lugareño afirma que se la tienen jurada: “Aquí todo el mundo se conoce y ya se va hablando de que le van a destrozar la casa, las Fuerzas de Seguridad andarán pendientes para evitar el vandalismo”.