Día 20 del confinamiento. El Gobierno distribuye en Aragón más de 812.000 unidades de material de protección.
Día 29. El Gobierno de España reparte 300.000 mascarillas en Aragón para su distribución.
Día 37. Este lunes. En el Hospital Ernest Lluch, en Calatayud (Zaragoza), siguen esperando todavía la llegada de estos materiales. Este centro sanitario comarcal no ha recibido prácticamente ningún medio de protección por parte del Gobierno desde que el COVID-19 se instalase entre nuestras fronteras.
Así lo denuncian a EL ESPAÑOL sanitarios de este hospital bilbilitano, quienes desde el inicio de la crisis sanitaria se han dotado de EPIS, en su mayoría donados por distintas empresas de la región, sin homologar, con los que han hecho frente al virus tanto para proteger al paciente como a ellos mismos. Lo que definen como "pseudoequipos de protección".
En la imagen que ilustra este artículo, pueden observar cuál es el resultado en el sanitario después de llevar a cabo todo el ritual que supone para él o ella vestirse para protegerse y atender a un paciente con coronavirus. Resulta complicado que pueda respirar con facilidad, pues tiene cubierto el rostro.
Las demandas de esta situación parten de las plantas habilitadas en este centro para el cuidado de enfermos contagiados del Sars-CoV-2, conocidas previamente como Enfermerías B y C. En el pasillo de una de estas dos plantas, puede advertirse a una enfermera con todo el "pseudoequipo" de protección instalado. A continuación, los sanitarios explican cómo es cada uno de los materiales que llevan puestos para luchar contra el virus y quienes lo han fabricado o donado.
Cinta de carrocero
"Todos los medios de comunicación hacen referencia a la dotación de equipos de protección para hospitales y residencias, pero os invito a conocer el equipo que tenemos que llevar en el Hospital de Calatayud para cuidar directamente a enfermos de COVID-19 no hace una semana ni tres, hace unas horas", comienza esta sanitaria.
En primer lugar, los guantes —donados desde Malasia—, que no sirven de barrera contra el virus. En segundo, la mascarilla FFP2 sin válvula de exhalación, "por lo que a lo que a los 20 minutos está humedecida por dentro, pero debe durarnos varias jornadas porque son muy escasas". Le sigue la cinta de carrocero para precintar los guantes y las batas porque no tienen autocierre y, por tanto, pueden quedar expuestas al virus. "Lo hacemos con espaladrapo cuando disponemos de él", añade la enfermera.
Lo siguiente es la pantalla protectora, no homologada, y "realizada generosamente" por una empresa 3D con láminas de acetato. En quinto lugar, los gorros "modelo quirófano primorosamente realizados por particulares con bolsas de basura". Y que, irremediablemente, hacen imposible la transpiración.
Sexto. La bata, realizada y donada por una empresa de tapizaje. Elemento lavable y que los sanitarios deben utilizar durante toda la jornada. El delantal, que colocan sobre la primera bata, hecho con plástico de cascos de jamones, de una empresa de Calamocha (Teruel), y que también hacen en otras ocasiones con bolsas de basura. Por último, una bata que colocan encima de todos los medios anteriores, fabricadas con bolsas de basura y cinta de carrocero, y hechas en este caso por los propios trabajadores del hospital.
Protocolos arbitrarios
Aunque agradecen de antemano a todas las empresas que les han donado el material y que, sin duda, les ha ayudado a protegerse, los medios de los que disponen no son suficientes y demandan al Gobierno equipos de protección que garanticen la seguridad de todos los sanitarios que trabajan en el Ernest Lluch. Desde estas dos plantas COVID-19 han enviado un escrito al director del centro denunciando la falta de equipos de protección. Y el Ejecutivo regional, en respuesta, les ha explicado que "hay equipamiento suficiente y que se adjudica según peticiones y necesidades".
A estas quejas, también se suma la arbitrariedad en los protocolos con el equipo frente al virus que hay en estas áreas. "Cambian muy a menudo, todo depende de las existencias. Lo que ayer no valía, hoy sí. Ayer no podías entrar sin gorro, pero hoy sí porque no hay", concluyen.
Otras fuentes del centro apuntan, en cambio, que sí han llegado algunos materiales oficiales, pero que se cree que son incluso peores que los equipos donados por empresas y asociaciones que se utilizan en el hospital bilbilitano.