Un técnico trabaja en un cementerio de Cataluña.

Un técnico trabaja en un cementerio de Cataluña. Efe

Sociedad

El hombre que profanó la tumba de su amigo para probar que no estaba muerto: la sentencia

Carlos L. P. ha sido absuelto de los cargos que se le imputaban al negarse a declarar la principal testigo, que ahora es su pareja. 

11 mayo, 2020 19:51

Jose Luis J. S. murió en febrero de 2015 a los 45 años. Fue enterrado en el cementerio de su localidad natal, Calatayud, sin velatorio. Al poco de la muerte, un grupo de amigos del fallecido empiezó a alimentar la teoría de que José Luis no estaba realmente muerto. Incluso uno de ellos, Carlos L. P., aseguró haberle visto por la calle.

Un año después del entierro, la familia recibe una llamada del cementerio en la que les cuentan que la lápida se ha caído y roto por inclemencias del tiempo. La familia lo considera extraño, pero decide no darle más importancia. Pasarían unas semanas hasta que la familia supiese lo que pasó en realidad.

Carlos, el amigo más escéptico, se había colado en el cementerio y había roto la lápida y el ataúd de José Luis para intentar demostrar que su amigo no estaba muerto. En su peculiar -y nada sutil- investigación sacó varias fotos y las envió a varios amigos. Una de las personas a las que llegaron estas fotos fue Selene J. C., amiga de la familia del finado y de Carlos. Selene le pasó las fotos a Elena, hermana de José Luis, y así fue como la familia supo que la tumba de José Luis había sido profanada.

“Mis padres se llevaron un enorme disgusto, ya que, además de sufrir por la muerte de su hijo, no entendían por qué habían profanado su sepulcro”, declaró la hermana del difunto al Heraldo de Aragón. La familia denunció a Carlos por un delito contra los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos. Finalmente, el hombre ha sido absuelto.

La razón de la absolución es que, entre la sucesión de estos eventos y la celebración del juicio, el acusado y la principal testigo se emparejaron. Carlos y Selene se casaron y tuvieron un hijo, según ha explicado la hermana del difunto en el programa Espejo Público de Antena 3.

Al ser Selene la principal testigo, se acogió a su derecho a no declarar, ya que el acusado es su cónyuge. El juez considera insuficiente la incriminación inicial que hizo la mujer para condenar a Carlos. El acusado, por su parte, siempre ha negado los hechos. El abogado de la familia, Roberto Gállego, anunció que piensa recurrir el fallo del tribunal.