Este año será una Navidad excepcional para todos. No habrá besos ni abrazos para felicitar las fiestas, ni tampoco grandes reuniones familiares. Esas mismas que muchas personas mayores esperan ansiadamente cada año para reunirse con sus hijos y nietos. Las recomendaciones sanitarias insisten en reducir los contactos y los desplazamientos para pasar estas fechas de forma segura, por lo que muchos mayores han decidido permanecer solos en sus casas.
Pero al ser una época marcadamente familiar como esta, todo el mundo quiere sentirse acompañado. Para las personas mayores que viven solas, y que debido a la pandemia pasarán las fiestas lejos de sus seres queridos, los servicios de asistencia sociosanitaria en el hogar, como la Ayuda a Domicilio o la Teleasistencia, son esenciales para estar atendidos y combatir la soledad.
Durante el confinamiento, este tipo de servicios han sido muy demandados porque permiten a las personas mayores y dependientes permanecer en sus casas y reducir el riesgo de contagio. Alberto Cuesta, técnico del Servicio de Teleasistencia de Clece en Valladolid, afirma que “sin duda ha habido más llamadas, porque como la gente está más tiempo en casa lo que hacen es llamarnos y hablar un rato, pero también más emergencias, porque cuanto más tiempo pasas en casa más riesgo hay de que pase algo”.
De cara a las Navidades, los servicios se prestarán como siempre, centrando la atención más prioritaria en las personas que se encuentren solas.
La alegría de otros años se convierte en un mensaje de ánimo
“En estas fechas, si sabíamos que alguien estaba solo, nosotros aprovechábamos si había que ir a revisar algún aparato o cualquier otra cosa para pasarnos en esa fecha. Te quedabas un rato, charlas y les animas un poco. Sabemos cuál es la realidad de la gente y tratas de darles un poco de ánimo, pero este año tenemos que estar el menor tiempo posible en las casas, no es lo mismo”, relata Alberto Cuesta.
Este año, además, se ha perdido la parte más afectuosa de las fiestas: “Otros años había gente que en cuanto te veía te daba un abrazo, un beso, y ese contacto al que siempre hemos estado acostumbrados mucha gente lo echa en falta”, cuenta el técnico.
Clece va a reforzar sus servicios en Navidad
En Teleasistencia “vamos a tener más personal, sobre todo de operadores, para llamarles más porque este año muchos nos dicen que se van a quedar solos. En Navidad antes nos llamaban ellos para felicitarnos y avisarnos de que se iban con su familia, pero este año vamos a estar más pendientes y les llamaremos más en los días cruciales”, explica Angustias Sanz, coordinadora del servicio de Teleasistencia de Valladolid.
Existe una percepción generalizada de que estas Navidades serán extrañas. Susana Díaz, auxiliar de ayuda a domicilio en Madrid, trabajará este año los días 25 y 31. Intentará que en estas fechas sus usuarios “estén un poco más contentos, pero aunque tú intentes alegrarles el día, ellos saben que los contagios han subido y tienen miedo”.
Estos profesionales observan una época polarizada. Alberto Cuesta explica que “por un lado tienes a gente más animada, pero tienes a mucha gente que está sola y para ellos es más complicado”. Y aunque destaca que normalmente son fechas “agradecidas para trabajar”, este año “estamos un poco a la expectativa de ver cómo responde la gente”.
Un alivio en los momentos de soledad
Cerca de cinco millones de personas viven solas en España y casi la mitad son mayores de 65 años. La OMS ya considera la soledad de los mayores un problema de salud por estar asociada a un mayor riesgo de depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. Así, los cuidados en el hogar resultan fundamentales para la salud y calidad de vida de este colectivo.
“Durante el confinamiento tuvimos muchísimo más trabajo porque todo el mundo llamaba porque estaban muy angustiados. Ahora, de cara a la Navidad, hay mucha gente que no va a poder estar con sus familiares y llaman por la soledad que están pasando”, declara Carmen Álvarez, teleoperadora del servicio de Teleasistencia de Valladolid.
De este modo, las llamadas de seguimiento que realizan desde la compañía serán vitales las próximas semanas para vigilar el ánimo de los usuarios. “Muchas veces les alegra el día y se desahogan un poco, sobre todo este año. Esas llamadas, aunque no sean realmente muy largas, para ellos son un alivio, saben que hay alguien ahí detrás que está para ellos para cualquier cosa”, concluye la teleoperadora.
La relación que se crea entre los profesionales y los usuarios suele ser muy buena, como evidencian también la mayoría de los servicios de Ayuda a Domicilio. Aurora Rebolledo, ayudante de coordinación del call center del Servicio de Ayuda a Domicilio de Clece en Madrid, relata que recientemente le había llamado la hija de una usuaria “porque su auxiliar habitual está de vacaciones y me dijo que, cuando se volviera a incorporar, que volviera ella porque le tenían muchísimo cariño. Hay usuarios que tienen tres servicios al día y las auxiliares pasan muchísimo tiempo con ellos y crean un vínculo muy fuerte”.
Reconocer un trabajo esencial
Ambos servicios, la Ayuda a Domicilio y la Teleasistencia, que Clece presta en toda la geografía española (120.000 servicios de Ayuda a Domicilio y más de 10.000 de Teleasistencia), nunca se han detenido durante la pandemia. Es un trabajo esencial que “ha demostrado mejorar mucho la calidad de vida de las personas dependientes”, señala Aurora Rebolledo.
Continuar con los servicios durante la emergencia sanitaria ha acentuado el agradecimiento por parte de los mayores y sus familias. “Yo he tenido usuarios que se han contagiado y han visto que yo iba con el EPI a trabajar y eso también te acerca un poco más a ellos, porque ven que tú vas a hacerles un servicio que a lo mejor en otro sitio les hubieran quitado por estar contagiados”, declara Susana Díaz.
En este sentido, la auxiliar resalta que “se acuerdan mucho de los mayores que están en residencias y hospitales, pero no de los que están solos en sus casas”. Tampoco de la labor que realizan las auxiliares de ayuda a domicilio a pesar de que “hemos estado al pie del cañón igual que los médicos, enfermeras y personal de residencias, pero nunca se acuerdan de las auxiliares".
Su trabajo, básico para el bienestar de los mayores, se ha vuelto más importante que nunca a causa de la emergencia sanitaria: “Ellos prefieren estar en su casa, en su barrio de toda la vida. Y la única manera de que puedan estar viviendo como hasta ahora somos nosotras. Lo que pedimos es que de vez en cuando se acuerden de nosotras, una palmadita en la espalda te viene bien en cualquier trabajo y pedimos ese reconocimiento porque también somos una parte importante en esta sociedad”.